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Radiografia a la educación concertada La enseñanza concertada se dispara: gana más de 20.000 alumnos al año

El ritmo de captación de escolares en edades tempranas de los colegios privados subvencionados duplica al de la pública y pulveriza el de la privada.

La escuela concertada ya capta casi tantos alumnos como la pública en las edades más tempranas. / EUROPA PRESS

La balanza comienza a inclinarse a favor de la escuela concertada, que, parcialmente financiada a cargo del Estado por un creciente volumen de subvenciones que ya supera los 6.000 millones al año y favorecida por las políticas educativas de varias comunidades autónomas, araña más de 22.000 alumnos al año a la privada y a la pública mientras su ritmo de crecimiento en las edades más tempranas duplica con creces al de esta última y prácticamente le iguala en cantidad.

Eso, en un escenario en el que las proyecciones demográficas apuntan a un acusado descenso de la población infantil que amenaza con llevarse por delante hasta 30.000 aulas en la próxima década, supone que llega al cambio de ciclo en unas condiciones favorables para llevarse una parte cada vez más amplia del negocio educativo.

La escuela concertada ya crece a un ritmo similar al de la pública en su conjunto, por encima de un 19% con el que ambas prácticamente duplican a la privada independiente, aunque los incrementos son menores en cifras absolutas: ganó una media de 22.407 escolares por curso en los últimos quince años, según los datos del Ministerio de Educación, que indican que los centros de titularidad pública crecieron en ese mismo periodo con una cadencia de 59.736 por año.

Su peso en el sistema educativo obligatorio (hasta los 16 años), se mantuvo en el entorno del 25% en esos años, mientras la pública avanzaba algo más de un punto (del 66,5% al 67,7%) básicamente a costa de la privada independiente, que caía al 6,5%.

Los centros educativos de titularidad pública se beneficiaron, principalmente, de la escolarización de los niños nacidos en el ligero repunte de los nacimientos que se registró en los años de bonanza económica de principios de siglo, los previos a la crisis, además de la llegada de familias procedentes de otros países, con tasas de fecundidad y de natalidad mucho más elevadas que las de la población autóctona.

Sin embargo, esa tendencia ha cambiado hasta el punto de que España registrara el año pasado el menor número de nacimientos en más de dos décadas, entre otros motivos por la emigración de jóvenes autóctonos y el regreso a sus países de origen de los extranjeros.

Y ese cambio llega cuando la concertada duplica a la pública en el ritmo de captación de alumnos en la primera etapa de escolarización (105% por 44% en quince años en Infantil), prácticamente la iguala en volumen (235.454 por 351.733) y, además, sufre en menor medida el desplome de la natalidad, con una pérdida del 2,14% frente a otra del 7,57% en el último lustro. Mientras tanto, la privada independiente permanece estancada.

Aunque sus cuotas de mercado siguen siendo similares a las del conjunto del sistema educativo en esa fase, un 63,6% en la pública y 25,3% en la concertada, la segunda le gana terreno a la primera. Y eso tendrá consecuencias en los próximos años, ya que la Administración otorga los conciertos cuando se abre una vía (aula) para mantenerlos, por lo general, hasta que finaliza la escolarización.

Sindicatos y padres reclaman planificación

“La concertada es para familias que no quieren ir a la pública y no pueden pagar la privada”, sostiene Leticia Cardenal, presidenta de Ceapa (Confederación Española de Padres y madres de Alumnos), que reclama “analizar la demografía y la gestión del sistema. Hay comunidades en las que cada vez hay más conciertos mientras la escuela pública se frena o se congela”.

Coincide con Pedro Ocaña, secretario de Enseñanza Privada de CCOO, que aboga por “una planificación real en la que las dos compitan en igualdad de condiciones y de manera armonizada, sobre todo ahora que vamos hacia una caída del número de alumnos”.

En este sentido, anota que “la construcción de nuevos centros concertados, como prevé la Lomce, va en detrimento de los públicos, que pueden perder vías porque la otra las tiene abiertas. Es una perversión del sistema”.

Jesús Gualix, responsable de Enseñanza Privada de UGT, hace hincapié en que “la escuela concertada es una red que forma parte del sistema público, que ha sido siempre equilibrado. Se han complementado con la pública y han trabajado en la misma línea”. “Lo que hace falta es reducir los ratios [de alumnos por clase] para mejorar la labor educativa cuando cae el número de alumnos –señala-. Se trata de diversificar la enseñanza, de personalizarla, en lugar de camuflar recortes y suprimir unidades concertadas aprovechando que cae la natalidad “.

Ocaña también apuesta, ante el escenario demográfico que ya llega, por “reducir los ratios en las dos redes para que no se pierdan unidades. Hay un evidente riesgo de pérdida de empleo”. “Es prioritario que ambas sigan conviviendo de una manera armónica como partes del servicio público”, añade.

Gualix, por su parte, anota que “el crecimiento de la concertada es mínimo ahora, son muy pocos los conciertos nuevos que se conceden ¿Hace falta ás concertada? Quizá no sea necesario, pero sí mejor concertada”.

Los centros laicos ganan terreno a los religiosos

Dentro de la concertada, por otro lado, los colegios religiosos siguen llevándose el grueso del negocio con una cuota de mercado del 68% de los escolares, según la Encuesta de Financiación y Gastos de la Enseñanza Privada del INE.

Sin embargo, esa cuota lleva años disminuyendo como consecuencia del empuje de los colegios gestionados por empresas y también por las cooperativas de maestros, que suelen ofrecer proyectos educativos más innovadores.

De hecho, mientras los centros religiosos perdían más de seis puntos de cuota en una década, los laicos absorbían casi tres cuartas partes del crecimiento del sector, con 240.333 de los 329.680 nuevos alumnos captados por la concertada, para pasar a gestionar el 32% de la demanda de enseñanza en colegios privados con subvenciones públicas. Su alumnado creció casi un 53% en una década.

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