Los guionistas querían matarle en los primeros capítulos, pero nadie se atrevió a prescindir del carisma del médico Jack Shephard. Cinco temporadas de Perdidos después, Matthew Fox es una estrella envuelta en flashes que 'jamás' lee lo que se escribe sobre él. En su segunda visita a España, Fox ha pasado hoy por Madrid con motivo del estreno de la segunda y tercera temporada de esta serie en Cuatro, que se emitirá en las sobremesas de lunes a viernes desde el 13 de julio, pero no desveló nada de la sexta y última, que se estrenará en todo el mundo en 2010.

¿Por qué 'Perdidos' ha cosechado tanto éxito?

La historia es como un puzle y creo que los espectadores disfrutan intentando ver cómo se juntan las piezas. Además, no es una serie con un sello específicamente yankee, porque trata temas humanos como la salvación o la redención.

Usted conoce el contenido de los guiones. ¿Cómo logra guardar el secreto?

Me hace mucha ilusión recibir un guión y siempre estoy ansioso. Al principio de cada temporada tengo una idea bastante cabal de hacia dónde se dirige mi personaje. De todas formas, a mí me gusta provocar y me gusta que la gente esté con la duda y darles alguna pista falsa. En realidad nadie quiere que le estropee la intriga que al final se va a desvelar en los capítulos.

¿Cuando acabe 'Perdidos' echará de menos a Jack?

Sí. Han sido cinco o seis años rodándola y ha sido una experiencia fantástica. Mudarnos de Los Ángeles a Hawái fue todo un acontecimiento. Va a ser difícil decir adiós porque se han forjado relaciones muy intensas. Pero al mismo tiempo estoy entusiasmado porque supone un desafío interesante desde el punto de vista personal.

¿El público volverá a verle en televisión o prefiere dedicarse al cine?

En televisión tengo una experiencia de 12 años, y ahora se hacen grandes series, pero el cine me permite más flexibilidad y tener más control sobre mi vida.