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"¡Viva el mal, viva el capital!"

El programa 'La bola de cristal' cumple 25 años y se mantiene como referencia de la televisión inteligente en España

REBECA FERNÁNDEZ

'La televisión es como una bola de cristal por lo misteriosa y lo mágica que es'. Lolo Rico encontró en esta comparación el título de un programa inteligente que abrió en España una ventana a una televisión para jóvenes liberada de ñoñerías, y con un claro posicionamiento de izquierdas que se adornó con el carácter superficial de la movida madrileña.

Entre el 6 de octubre de 1984 y 1988, el equipo dirigido por Rico construyó un cuento que, bajo el título de La bola de cristal, desplegaba durante dos horas una mezcla de herramientas audiovisuales encantadas, todos los sábados por la mañana en La 1. A pesar de estar considerado como un espacio infantil, Rico señala que siempre lo concibió como un 'programa de muchas lecturas' que trataba a los niños como adultos. A través de marionetas, series, videoclips y entrevistas, La bola de cristal logró convencer al público, y pasó de tener 100.000 espectadores a cinco millones.

El mensaje que dejó este programa es que 'hay que vivir, pensar y luchar'

Para Rico, el secreto residió en un equipo formado por 'gente que había luchado en la dictadura por conseguir la libertad', que trabajó para unos espectadores 'tan deseosos de libertad' como ellos.

Esta búsqueda se forjó a base de humor y contenidos marxistas, ya que los creadores eran 'izquierdistas radicales un poquito insensatos', según Carlo Frabetti, uno de los guionistas. Otro de sus compañeros, Carlos Fernández Liria, pone como ejemplo de ese posicionamiento que la crítica 'más dura' al Gobierno socialista que se escuchó en los medios en aquel momento se hizo en La bola de cristal.

Para materializar estos planteamientos, el programa presentado por Alaska se plagó de personajes como la Bruja Avería, que dejaría en el recuerdo frases como '¡Viva el mal, viva el capital!', y los Electroduendes que, en manos del guionista Santiago Alba Rico, se dedicaron a contar a los niños El Capital, de Marx.

'Queríamos mostrar a los jóvenes la realidad en la que vivían'

Esta actitud no siempre fue bien entendida y el equipo fue acusado de querer adoctrinar a los jóvenes cuando, según Fernández Liria, sólo pretendían mostrarles 'la verdad de la realidad en la que vivían'. Las presiones fueron aumentando y Rico decidió dimitir. Así, en 1988 se ponía fin a 'la única época' en la que esta directora ha vivido la 'libertad a ultranza', y nacía el mito de La bola de cristal, que ha dejado como herencia un mensaje claro: 'Hay que vivir, pensar y luchar', resume Rico.

Los miembros del equipo coinciden en afirman que ahora este programa no podría hacerse y que en los años ochenta se gozaba de más libertad que en pleno siglo XXI. Alba Rico va más allá al considerar que La bola de cristal fue un programa 'más moderno y mordaz' que todos los que se emiten en la actualidad, época en la que vivimos 'una Edad Media de colores'.

Alba Rico define a la Bruja Avería como 'la encarnación jocosa y satírica del mal en el mundo', que se identificaba con el capitalismo. De ahí surge una de las grandes frases popularizadas por este personaje a través de la voz de Matilde Conesa: '¡Viva el mal, viva el capital!', un eslogan que, para Alba Rico, hoy 'más que nunca sería justo repetir'.

A pesar de su carácter, esta bruja acabó convirtiéndose en un ser entrañable que si hoy regresase a televisión tendría mucho que decir. 'Le llamaría la atención cómo la corrupción en España no conlleva la pérdida de votos en el PP, sino al contrario, y también opinaría sobre la presencia en Afganistán', indica uno de los guionistas que creyó erróneamente que este programa, al que califica de 'admirable chapuza', sería 'el primer eslabón de una estirpe'. 

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