'Zorra repugnante', 'guarra' y 'puerca'. Así definió el jueves pasado Eduardo García Serrano, tertuliano del programa El gato al agua, de Intereconomía TV, a la consellera de Salut de Catalunya, la socialista Marina Geli. Y se quedó tan ancho. El pecado que hizo merecedora a Geli de tan graves descalificaciones fue su iniciativa de lanzar una web de educación sexual que, a juicio del ilustre opinador, no es más que una forma de 'fabricar degenerados'.

Pero estos insultos podrían salirle caros tanto a su autor como al canal que le da cobijo, a pesar de que fuentes del programa indicaran ayer a este diario que García Serrano pedirá disculpas este próximo jueves por sus insultos, proferidos ante las risotadas de alguno de sus compañeros de tertulia y la pasividad del conductor del espacio, Antonio Jiménez.

Las injurias de García Serrano podrían vulnerar la Ley Audiovisual

La Conselleria de Salut catalana anunció ayer que emprenderá acciones legales tras conocer el contenido de la emisión, mientras que el Consell de l'Audiovisual de Catalunya analizará el programa e instará al Ministerio de Industria a tomar medidas, ya que Intereconomía no es de su ámbito de competencia. Industria indicó por su parte que estudiará el caso cuando le llegue y que por el momento no hay un expediente sancionador abierto.

Estos insultos, sin embargo, pueden suponer una clara vulneración de la Ley Audiovisual, que protege el derecho al honor y prohíbe la discriminación de género, según indicó ayer a Público la senadora socialista Emelina Fernández, ponente de la ley. La multa, en este caso, podría llegar al millón de euros. Asimismo, las injurias podrían perseguirse por la vía penal. Tras considerar que los calificativos atentan, además de contra Geli, 'contra la dignidad de la mujer', Fernández indicó que responden a 'la extrema derecha más zafia e intolerante'. Para Carmen Toledano, del Partido Socialista de Madrid, las palabras del tertuliano son 'machistas, vejatorias y ultrajantes'.

Por su parte, Telespectadors Associats de Catalunya cree que las palabras del tertuliano son 'poco mesuradas' y agrega que el presentador no debe 'dejar que impere la descalificación'.