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Los Murdoch aceptan declarar en el Parlamento

El magnate y su hijo rectifican y darán la cara por el escándalo de las escuchas.

ÍÑIGO SAÉNZ DE UGARTE

No pasa un día sin que los Murdoch se vean obligados a una nueva rectificación. Acosados por todos los flancos, este jueves protagonizaron otro incidente revelador de su progresiva caída en el barro.

El motivo de la última humillación fue la comparecencia de Rupert Murdoch, su hijo James y Rebekah Brooks ante la Comisión de Cultura y Comunicaciones del Parlamento. La cita, para el próximo martes, fue reclamada por los diputados, pero durante varias horas la respuesta fue negativa. Sólo aparecería Brooks, mientras que los Murdoch lamentaban no poder asistir.

La citación se había entregado en persona por el llamado sargento de armas en otro gesto casi inaudito. El sargento de armas, formalmente responsable de la seguridad de la Cámara, es ya sólo un cargo ceremonial. Los periodistas comentaron divertidos que no se esperaba que el sargento acudiera con su traje ceremonial y la espada.

Los diputados quieren saber si el grupo les engañó en años anteriores

Los diputados ni siquiera sabían si podían exigir su presencia. No en el caso de Rupert Murdoch, de nacionalidad estadounidense. Aunque parezca mentira, nadie parecía tener claro cuál era la de James, consejero delegado de News Corporation, hasta que horas más tarde se supo que tiene la doble nacionalidad británica y norteamericana.

El ministro George Young recordó que la última vez que se había multado a alguien por desacato al Parlamento en estas circunstancias fue en 1666. Sin muchos precedentes, los diputados se veían obligados a amenazar con medidas genéricas.

Al final, tras seis horas de espera, los Murdoch rectificaron y comunicaron que acompañarán a Brooks en la comparecencia del próximo martes, que promete ser el mejor espectáculo televisivo que hayan ofrecido las cadenas de noticias en mucho tiempo.

Al comunicar el cierre del News of the World por el escándalo de las escuchas, James Murdoch contó a la redacción que la empresa facilitó información en años anteriores al Parlamento 'sin pleno conocimiento de los hechos'. Los diputados querrán saber si tras ese eufemismo se encuentra el reconocimiento de que engañaron a la Cámara.

Ayer se produjo otra detención con relación a los hechos investigados, lo que causó que Scotland Yard volviera a quedar en ridículo. A las 6.30 de la mañana, fue arrestado Neil Wallis, director del NOTW hasta 2009.

Detenido otro exdirector del NOTW' que trabajó luego para la Policía

Wallis fue director adjunto del periódico cuando el director era Andy Coulson, al que luego sustituyó. Horas después, la Policía informó de que la empresa de relaciones públicas fundada por Wallis a su salida del NOTW fue contratada por Scotland Yard entre octubre de 2009 y septiembre de 2010.

La idea de que un sospechoso de cometer estos delitos se ocupara de mejorar la imagen de la Policía revela hasta qué punto las relaciones entre los periódicos de Murdoch y las fuerzas del orden habían superado todo lo imaginable. Aún más si tenemos en cuenta que la contratación se produjo después de que The Guardian contara en 2009 que el escándalo en el NOTW no era responsabilidad de un solo reportero y que era de tales dimensiones que estaba obligando a News International a pagar indemnizaciones millonarias a varios de los perjudicados.

El jefe de Scotland Yard tendrá la oportunidad de dar explicaciones el próximo martes, porque también ha sido convocado en el Parlamento, en su caso por la Comisión de Interior.

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