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"Los 24.000 euros, ¿quién los pagará?"

Ignacio Carbonell adaptó su restaurante barcelonés a la normativa de 2006

TONI POLO / MARÍA SERRANO

Ignacio Carbonell invirtió 24.000 euros en adaptar escrupulosamente a la ley su restaurante, 12+1, en la Villa Olímpica de Barcelona. Doble acristalamiento, cuatro cortinas de aire, renunciar a los espacios donde más se fumaba (como el billar) por mantener las zonas de paso libres de humo Ha habilitado el máximo posible, 30%. Ahora Ignacio rechaza la intención de la ministra de Sanidad de endurecer la ley. 'Es cuestión de educación, aquí somos mediterráneos, la gente va al bar a tomar un café y a fumar un cigarrito. En Finlandia son distintos'. 'Si prohiben fumar en todo el local, ¿quién me devuelve los 24.000 euros?', pregunta.

En la taberna La Carbonería, en Sevilla, la inversión (6.000 euros) fue destinada a la colocación de unos extractores en un ambigú para fumadores. 'El dinero de las obras no se amortizará si la ley antitabaco se extiende. Además la gente que tiene un concepto tradicional de la taberna no concibe esta prohibición aquí', afirma Francisco Lira, regente de la taberna. 'Debieron pensar si la norma sería efectiva antes', lamenta Luis, encargado del bar de la estación de autobuses Plaza de Armas, en Sevilla, donde se invirtieron 6.000 euros.

A la irritación por las inversiones se suma el temor en bares, pubs y discotecas a una pérdida de clientela. 'Sería la ruina. La gente no puede concebir una taberna de toda la vida sin el humo del tabaco', afirma Manuel González, propietario de la taberna 20 pa cá, en Sevilla.

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