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Los 27 buscan a ciegas un presidente para Europa

La falta de consenso marca el nombramiento del elegido para este cargo

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Los 27 jefes de Gobierno decidirán este jueves el reparto de poder en las altas instituciones europeas para los próximos cinco años. El primer ministro sueco y anfitrión de la cumbre, Friedrik Reinfeldt, ha invitado a los 27 a una 'cena temprana'. Sin embargo, la total falta de consenso en torno al menú de candidatos a primer presidente estable de la UE y a jefe de la diplomacia amenaza con propiciar una larga sobremesa.

Herman van Rompuy, el primer ministro belga, parte como frágil favorito para convertirse en presidente del Consejo, la institución de los Gobiernos. El cargo está llamado a dotar de una cara visible a Europa, representada hasta ahora por presidencias semestrales que pasarán a un segundo plano con esta nueva figura.

El primer ministro belga, Herman Van Rompuy, parte como frágil favorito

El democristiano Van Rompuy es el artífice de una inusual estabilidad institucional en su país y cuenta con el importante patrocinio francoalemán. Su perfil discreto impregnaría el cargo de un carácter mediador entre diferentes países más que de un verdadero liderazgo europeo. Van Rompuy se declara disponible para el puesto siempre que haya consenso en torno a él, pero se enfrenta a una oposición liderada por Reino Unido.

Gordon Brown seguía ayer, según fuentes comunitarias, atrincherado tras la candidatura de Tony Blair, que rechazan Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, líderes del flanco europeo que se opuso a la guerra de Irak.

Entre los 27 hay un pacto tácito para que el presidente del Consejo proceda del centro-derecha, el color con más escaños tras las últimas elecciones europeas. Jan Peter Balkenende, primer ministro en los últimos cuatro Gobiernos de Holanda, cuenta con posibilidades si la resistencia británica tumba a Van Rompuy. Tras ellos, un Tony Blair cada vez con menos apoyos o la única mujer, la ex-presidenta letona Vaira Vike-Freiberga, aspiran a un puesto para el que no se descartan candidatos de última hora.

Massimo DAlema, candidato a jefe de la diplomacia, no genera entusiasmo

El segundo gran puesto, el de jefe de la diplomacia, está todavía más disputado, quizás porque el Tratado de Lisboa le confiere amplias responsabilidades en política exterior y un servicio diplomático propio. Los socialistas europeos aspiran al cargo de Alto Representante para la Política Exterior, un puesto para el que no hay favoritos claros tras el abandono de la competición de David Miliband, el ministro británico de Exteriores.

Massimo DAlema, ex ministro italiano, cuenta con el apoyo de Silvio Berlusconi pero no genera ningún entusiasmo. Por su parte, José Luis Rodríguez Zapatero ha admitido una candidatura de Miguel Ángel Moratinos alimentada desde el exterior. El ministro, que fue enviado especial de la UE a Oriente Medio, querría volver a Europa, según fuentes diplomáticas, pero no cuenta a priori con el respaldo de Zapatero.

'He recibido más nombres que puestos a repartir', aseguró la semana pasada Reinfeldt, criticado por no ser capaz de cerrar un acuerdo con más celeridad. 'La política de puertas cerradas acarrea este tipo de complicaciones', respondió ayer Eva-Britt Svensson, eurodiputada y antigua candidata a presidir el Parlamento Europeo, que se manifestó encorbatada con una decena de compañeras ante las puertas del Consejo.

La co-presidenta de los Verdes europeos, Rebecca Harms, sostenía junto a ella un simbólico currículum para criticar el oscurantismo del proceso, que sólo ha llegado a la opinión pública por filtraciones a los medios o cautas tomas de posición.

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