Este artículo se publicó hace 11 años.
400.000 personas siguen viviendo en campamentos en Haití
La ONU retomará la labor de los Cascos Azules en Haíti tras los informes de Amnistía Internacional y Cruz Roja que recalcan la situación catastrófica que viven hoy los damnificados del seísmo
Tres años después del terremoto de Haití, que causó 300.000 muertos y 1,5 millones de afectados, poco ha cambiado respecto a la situación de los damnificados. Amnistía Internacional junto con Cruz Roja recalcaron la situación catastrófica que viven los desplazados por el seísmo e incluso se aventuraron a decir que las condiciones de vida en los campos de refugiados son hoy peores que las de 2010 años.
La Fuerza de Reflexión y Acción para el Alojamiento (FRAKKA) cifra en 400.000 el número de personas que a día de hoy vive en refugios. La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de los Asuntos Humanitarios (OCHA) no sólo confirma este datos sino que ha asegurado que "no hay verdaderos cambios en la vida de la gente de los campamentos"
A pie de calle, los haitianos sólo tienen un deseo: "pedimos a la administración política de Michel Martelly ¡que nos saque de debajo de las carpas!. Descontento y cada día menos esperanza para afrontar la situación que creó el desastre natural que asoló a Haití en 201o0 Descontento también con el equipo del presidente Martelly que parece pasar por alto la parte de su programa electoral dedicada a dotar de una vivienda digna a los damnificados por el terremoto.
Precisamente el gobernante, aunque cifró en 357.000 el número de personas en campamentos, dijo hoy que el número de campos se ha reducido de 1.001 a 496, y destacó el programa "16/6", que su administración lanzó en 2011 para facilitar a los habitantes de 16 campos regresar a sus viviendas, liberando así parques como el emblemático "Champ de Mars".
Coincidiendo con el tercer aniversario de la tragedia, el presidente haitiano ha anunciado un proyecto que en su opinión proporcionará a 30.000 haitianos un trabajo estable. El plan consiste en la reforestación y la gestión territorial de las cuencas hidrográficas del país, lo cual permitirá evitar inundaciones y restructurar el suelo dedicado a vivienda que el seismo destruyó en 2010.
La ONU, de mano del secretario de operaciones de paz, Hervé Ladsous, se ha comprometido a que los cascos azules regresen al país tres años después del terremoto: "Entre 2010 y 2012 la prioridad fue atender la urgencia. Ahora que la situación ha cambiado, retomamos el contexto de antes de 2010, cuando realizamos muchos progresos" declaró Ladsous.
Una de las funciones que pretende llevar a cabo la ONU en Haití consiste en recuperar la seguridad del país además de tener como máximo objetivo "consolidar el Estado de Derecho" y solucionar los actuales problemas políticos y de funcionamiento de las instituciones.
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