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63.000 afectados por ERE en el sector auxiliar del motor

Las empresas creen que seguirá habiendo ajustes de plantilla a lo largo de 2010

GLÒRIA AYUSO

La caída de las ventas de automóviles ha provocado este año un desplome de la producción en fábricas como Seat, Ford o Renault. La que más sufre, sin embargo, es la industria de componentes, que está viendo con preocupación cómo caen sus suministradores de piezas y servicios. Hasta el momento, se han contabilizado 62.673 trabajadores de la industria auxiliar afectados por procesos de reestructuración, de los cuales más de 13.400 ya han perdido definitivamente su empleo.

El sector lamenta que lo peor son los cierres, ya que el tejido productivo será después mucho más difícil de recuperar, si no imposible. Concretamente, 34 empresas de componentes ya han perecido, con 5.395 empleados en la calle. Las actividades auxiliares con más cierres son los mecanizadores, fraseadores y moldeadores.

Sólo sobreviven los más fuertes, que se quedan con los pedidos del resto

Un ejemplo: Aleaciones de Metales Sinterizados, con 600 empleados y que da trabajo a otros 250 indirectos, sirve a Ford, Peugeot, Volvo, Mercedes y otras empresas de componentes como Bosch, Valeo y Delphi. Ha tenido que recurrir a los ERE temporales ante la caída de los pedidos. Los bancos siguen recortando las líneas de crédito y el dinero que prestan 'ha pasado de euríbor más 0,3 a euríbor más 3'.

El director general de la compañía, César Molins, advierte de que la cadena de suministros en la automoción está desintegrándose. 'Lo ideal sería que quedara siempre un representante de cada servicio. Si no es así, tendremos un gran problema para seguir funcionando cuando se recupere la actividad', señala. Tras dos años muy duros, 'están desapareciendo los más pequeños y sobreviven los grandes', revela Molins.

Debido a su complicada situación, todas las empresas que nutren la cadena de suministros presionan al resto. 'Es el efecto sándwich', comenta el vicepresidente de Ventas de Peguform, Rudolf Heering: 'Repsol, que nos suministra plástico, quiere cobrar a 30 días y no a los 90 habituales, mientras que nuestros clientes exigen precios más bajos. A lo que se suma que los bancos no dan dinero'. La estructura de la compañía no ha podido aguantar la crisis y ha tenido que reducir su plantilla de los 2.000 a los 1.500 empleados. 'Por suerte, tenemos propiedades que han cubierto la financiación bancaria', afirma Heering.

Si no hay dinero para financiarse, no se podrá afrontar la recuperación

Los primeros meses de 2009 fueron los peores para todo el sector. En el caso de Sinterizados, la facturación cayó un 50% hasta junio. Las ayudas directas a la compra de coches del Plan 2000E hicieron repuntar la producción, pero se cerrará el año con una disminución del 25% respecto el año anterior, que ya fue malo. 'Sin las ayudas al automóvil, nuestra actividad peligraba. El sector habría vivido un gran cataclismo', afirma Molins.

La tormenta no ha pasado. Las perspectivas para 2010 no son muy halagüeñas. Las dos compañías avanzan que presentarán nuevos ERE temporales y han optado de nuevo a las ayudas de Industria al automóvil, con 250 millones en préstamos para 2010.

Aun así, saben que en su caso saldrán reforzados. Muchos competidores de Sinterizados y Peguform ya han perecido. Peguform incluso se plantea absorber las que penden de un hilo. Cuando vuelva a haber pedidos, deberá asumir el trabajo de los que ya no están. Por ello, Molins hace esfuerzos para no llevar a cabo despidos definitivos. 'Luego será muy difícil recuperar a los empleado que conocen muy bien su trabajo'.

El empresario subraya que los cierres suponen 'pérdida de conocimiento y de organización que han tardado muchos años en forjarse'. La desa-parición de empresas del sector de automoción, básico en España, conlleva 'una gran pérdida de competitividad', ya que se requerirán años para volver a crear una nueva estructura. Pese a ganar trabajo de sus competidores desaparecidos, Peguform alerta de que con el aumento de la actividad se presentarán nuevos problemas. Con la caja vacía, las empresas que quieran crecer necesitarán dinero para suministrarse de materias primas. 'Si los bancos no nos dan dinero para cumplir con los pedidos y poder crecer, volveremos a caer'.

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