Este artículo se publicó hace 14 años.
La abstención amenaza con alcanzar nivel récord en las elecciones regionales
La abstención amenaza con convertirse en protagonista y alcanzar un nivel récord en la primera vuelta de las elecciones regionales francesas que se celebra este domingo, según apuntan los últimos sondeos de opinión.
Todas las encuestas coinciden en que la participación se situará por debajo del 50 por ciento de los algo más de 44 millones de franceses que están llamados a participar en estos comicios.
Es un porcentaje que, de confirmarse, representaría un nuevo récord de abstención en este tipo de elecciones, tras el alcanzado en las de 1998, cuando la participación fue del 58 por ciento.
El diario "Le Figaro" cita el último sondeo del instituto demoscópico Ifop, según el cual el tipo de "abstencionista" será "joven, urbano y popular", mientras que los colectivos más movilizados serán los de las personas mayores, los trabajadores del sector rural y los ejecutivos.
La prensa coincide también en que la izquierda parte como favorita en esta consulta electoral, que será la última antes de la gran cita de las presidenciales de 2012.
Por ello, son muchos los que alertan de que estos comicios, -cuya segunda y definitiva vuelta se celebrará el domingo, día 21-, serán una especie de test nacional sobre la gestión del presidente, Nicolas Sarkozy.
Sin embargo, él no lo ve así, como asegura en una entrevista al semanario "Le Figaro Magazine", en la que afirma que "unas elecciones regionales tendrán sólo consecuencias regionales".
"Si tuviéramos que cambiar el Gobierno por unas simples regionales sería incoherente con la dimensión regional del escrutinio", agrega Sarkozy.
Mañana y el próximo domingo, los franceses están llamados a elegir a un total de 1.830 representantes de los 26 Consejos Regionales (22 de Francia y 4 de los territorios de ultramar), para un mandato de cuatro años.
La oposición, liderada por la socialista Martine Aubry, espera afianzarse y ganar terreno, mientras que la mayoría conservadora encabezada por Sarkozy aspira a limitar el esperado voto de castigo instigado por la crisis económica.
Los Verdes acuden a las urnas con el objetivo de confirmar su éxito de las últimas elecciones al Parlamento Europeo, y el ultraderechista Frente Nacional espera sacar partido sirviendo de árbitro o bisagra en alguna de las regiones más reñidas.
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