Actitudes moderadas y reorganización del voto

Las tendencias de voto en Catalunya que detecta el Publiscopio realizado la pasada semana suponen cambios importantes en las actitudes políticas de los electores catalanes.

En grueso, puede decirse que el nuevo Estatut cuenta con un respaldo mayoritario de los votantes de los partidos principales, tanto del Gobierno (PSC e ICV) como de la oposición (CiU), entre quienes más del 50% lo considera "un buen Estatut". El apoyo es más débil entre los catalanistas radicales de ERC (sólo un 34%, aunque no lo rechace más que el 26%). Y sólo predomina el rechazo entre los votantes españolistas del PP (y Ciutadans y UPyD), casi la mitad de los cuales lo califican como "un mal Estatut".

Postura de la Generalitat

Se discute cuál debe ser la postura de la Generalitat ante un dictamen del Tribunal Constitucional que afectase negativamente a partes esenciales del Estatut (y se discute también, como cuestión previa de filosofía política, sobre la superioridad de un Tribunal para modificar sustancialmente los pactos estatutarios acordados por amplias mayorías en las cámaras de representación de los ciudadanos, en las que reside la soberanía popular).

En este Publiscopio se han propuesto, como posibles posturas de la Generalitat, las tres opciones alternativas de las que se ha hablado: la del simple acatamiento, la de la reforma del texto y la del no reconocimiento del fallo [véase la formulación concreta de estas opciones en los gráficos adjuntos]. En las respuestas de la gente predomina la postura negociadora, que aceptaría la legalidad constitucional y la autoridad del Tribunal, pero que volvería a intentar el cambio de Estatut, buscando otras condiciones y otra redacción en las que se pudiesen alcanzar los objetivos de un pacto satisfactorio para Catalunya. Esta es la opción predominante entre los votantes de CiU, del PSC y de IC-V.

En caso de recorte, la mayoría volvería a intentar el cambio de Estatut

El no reconocimiento del fallo por la Generalitat es la opción predominante sólo entre los votantes de ERC (la prefiere el 46%, frente al 35% partidario de cambiar el Estatut).

Ante un fallo desfavorable del Tribunal Constitucional, las actitudes de los electores catalanes respecto a las posibles acciones de protesta que se proponen a la Generalitat son también moderadas: menos del 20% es partidario de acciones radicales como la retirada de los diputados catalanes del Congreso y menos del 10% apoyaría las más extremas, como la ruptura de las relaciones institucionales de la Generalitat con el Estado. Incluso la propuesta de expresar la protesta con manifestaciones convocadas por la Generalitat sólo encuentra en la población catalana un apoyo minoritario son partidarios de ello un 36%, pero un 49% es contrario a tal acción.

Centro político

Aun ante una acción de este tipo la más moderada de las planteadas se declaran no partidarios la mitad de los votantes de CiU, tantos como entre los votantes del PSC. Sólo entre los votantes de ERC y IC-Verds hay una mayoría partidaria de que la Generalitat llevase la protesta a la calle si el dictamen del Constitucional fuera desfavorable.

Las estimaciones sobre tendencia de voto realizadas con este Publiscopio, publicadas ayer, corresponden bien a estas actitudes de los electores. Lo que en ellas destaca es un claro fortalecimiento del sector central del espectro político, tanto en el gobierno (PSC) como en la oposición (CiU), con un fuerte debilitamiento del radicalismo catalán. El mantenimiento de la tendencia de voto de los partidos que representan al nacionalismo español, cuya cuota de voto agregado no varía, indica únicamente que es una bolsa enquistada en su dimensión mínima. Se produce la mayor concentración de voto desde la época de la hegemonía de CiU a principios de los noventa, pero repartida más equilibradamente ahora entre los dos partidos que aspiran a gobernar. Ambos progresan claramente respecto a las últimas elecciones, a costa del voto más radical.

Nacionalistas

Por otra parte, es de notar también el estrechamiento del sector nacionalista catalán del espectro, considerado en conjunto: como se observaba ayer, es la primera vez desde hace muchos años en que CiU y ERC no suman mayoría, porque la ganancia del voto convergente no llega a compensar las pérdidas de Esquerra. De mantenerse esta tendencia, quedaría excluida una de las opciones de gobierno que ha habido durante las pasadas legislaturas, la de un pacto de los nacionalistas de derecha y de izquierda.

El tercer aspecto relevante de estas tendencias es que se abre una opción de gobierno que no existía hasta ahora, la de un pacto de los partidos de derecha, CiU y PP, haciendo abstracción de su contradictoria confesión nacionalista.

Aunque las elecciones no están aún en el horizonte, de mantenerse estas tendencias, pueden cambiar todas las estrategias desarrolladas por los partidos catalanes hasta ahora y recomponerse de un modo muy distinto (o más bien, de varios modos muy distintos) el tablero político de Catalunya.