El acuerdo alcanzado entre los gobiernos central y catalán para hacer frente a la sequía no significará "sacar del río Ebro ni un litro de agua más porque se aprovechan las actuales concesiones" de los regantes, han avanzado a Efe fuentes del ejecutivo autonómico.

Ante posibles protestas en las Tierras del Ebro por considerar esta medida como un trasvase, las fuentes consultadas señalan que queda garantizado el agua actual del río y su caudal.

El acuerdo también prevé una serie de controles para regular la aportación puntual de agua, los cuales contemplan entre otras medidas que, para aprovechar el agua que hace falta en Barcelona, deberá aprobarse un decreto de sequía.

Las mismas fuentes aseguran que "el decreto preverá que la aportación (del Ebro) no sea permanente y esté regulada y controlada" .

El presidente de la Generalitat, José Montilla, y la ministra de Agricultura y Medio Ambiente, Elena Espinosa, sellarán esta tarde en Barcelona un acuerdo entre los gobiernos central y catalán para la prolongación del mini-trasvase del Ebro hacia Barcelona y sus "aportaciones puntuales de agua".

La reunión se celebrará en el Palau de la Generalitat a las cinco de la tarde y servirá para ofrecer una imagen de unidad de ambos ejecutivos en aras de asegurar el abastecimiento de agua para Cataluña y, especialmente, la provincia de Barcelona.

En esta reunión, que es la continuación de la de ayer en Madrid, estará presente también el conseller catalán de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, quien junto a la ministra Espinosa dará cuenta de los detalles del acuerdo en una rueda de prensa a las siete de la tarde en el mismo Palau de la Generalitat.

El acuerdo pactado gira en torno a la prolongación del mini-trasvase del Ebro hacia Barcelona y se pretende dejar claro que será una "aportación puntual de agua" en función de la sequía que afecte a Cataluña, por lo que se rechaza hablar de trasvase al no ser una aportación permanente de agua.