Este artículo se publicó hace 13 años.
Las acusaciones mantienen que Carcaño y el 'Cuco' violaron a Marta
Los acusados tendrán este martes su última palabra
En el caso Marta del Castillo existen dos verdades incuestionables, según la abogada de Miguel Carcaño. Una, que la joven salió de su casa a las cinco y media de la tarde y, casi tres años después, no ha vuelto. Y dos, que el autor del crimen es su defendido. Existe una más, una tercera verdad, en la que coinciden tanto la defensa de Carcaño como las acusaciones: el chico no es ninguna lumbrera. La diferencia entre las partes es que la defensa se sirve del perfil de inteligencia bajo para insistir en que la mató sin querer, mientras que las acusaciones lo utilizan para demostrar que no sólo la mató sino que, además, la violó. Unos hechos por los que la Fiscalía solicita 52 años de cárcel.
“Le da un golpe o dos golpes con un cenicero, ve que Marta cae, le coge la mano, la agita. Es tan torpe que no sabe si está muerta o no”, afirmó su abogada en sus conclusiones finales, en las que reiteró el homicidio imprudente. “Si la muerte hubiera sido anunciada o querida, como dice la acusación, no hubiera necesitado un tensiómetro. Cualquiera, por muy cortito que sea, sabe que ha muerto”, añadió. La abogada no considera tampoco que su defendido tenga que pagar por las labores de búsqueda del cuerpo porque la policía no realizó comprobaciones previas: “Podía haber dicho que estaba en lo alto de la Giralda”.
Las acusaciones, por el contrario, dan validez a la versión de la violación y el estrangulamiento –junto con el entonces menor, el Cuco–. “[Carcaño] Ofrece un relato escalofriante que sólo un gran novelista podía inventar”, aseguró el abogado de la familia de Marta. Carcaño alegó que se inventó la violación para vengarse del Cuco por haber inculpado a su hermano, Francisco Javier Delgado, y para evitar un jurado popular. Sin embargo, según las acusaciones, de lo que se entera Carcaño cuando da esa versión es justo de lo contrario: que el menor exculpa al hermano. Además, un homicidio imprudente juzgado por un jurado popular hubiera sido más beneficioso para él que ser juzgado por violación y asesinato.
En resumen: no tiene sentido que se inventara la agresión sexual. Según la Fiscalía, esta versión es verosímil porque explica una muerte absurda: intentar encubrir la violación de una amiga. El perfil genético de Marta mezclado con los de Carcaño y el Cuco apuntalan científicamente esta versión, según las acusaciones, aunque el Cuco ha sido exculpado en su juicio del crimen y la violación.
Limpieza y desaparición
La dificultad de Carcaño para resolver problemas también indica que no pudo hacerlo todo él solo. Las acusaciones insisten en que fue Delgado quien dirigió las operaciones de limpieza y desaparición del cadáver, con un reparto de tareas y absoluta coordinación. “Hasta Samuel se va con el enemigo a buscar información. Participa en la búsqueda de Marta”, destacó el abogado de la familia de Marta.
En esta parte, las primeras declaraciones del Cuco a la policía, a la fiscalía y en el juzgado son fundamentales. El entonces menor contó que se deshicieron del cadáver entre Carcaño, Samuel Benítez y él. Delgado permanecía de pie, de brazos cruzados, observando cómo embalaban el cuerpo y aseguró que lo amenazó. La declaración inesperada del taxista y su mujer corrobora definitivamente que Delgado estuvo en el piso la noche en que sucedieron los hechos.
¿Y Benítez? ¿Dónde está cuando se queda sin coartada? “¿Acaso se encuentra en el limbo? ¿Volatilizado? ¿Desaparecido?”, se pregunta el fiscal, quien añade que no hay ni una prueba que demuestre que cogiera el autobús de madrugada, cuando sitúan la desaparición del cadáver. El fiscal insistió en que tenía un coche, el de la madre del Cuco, con el que trasladaron el cadáver y que fue limpiado después.
Las acusaciones también consideran que María García, la novia de Delgado, encubrió los hechos al proporcionarle coartada a su novio. La Fiscalía incluso cree que pudo participar en el embalaje del cuerpo, debido a que fue hallado su ADN en un rollo de esparadrapo y cinta adhesiva. “Me atrevería a decir que todos se plantean, desde una cierta arrogancia, engañar a la policía y a los jueces, salirse con la suya porque no van a poder probar nada”, sostiene el abogado de la familia de Marta. Para todos ellos, la Fiscalía pide penas de entre cinco y ocho años.
Las acusaciones dejaron claro que no es necesario que aparezca el cuerpo para condenarlos. El fiscal apeló a la “conciencia más íntima” para que digan dónde está el cuerpo. Y el abogado de la familia de Marta hasta lo suplicó. Este martes tienen la última palabra, antes de que el juicio quede visto para sentencia. “Parecen de otro planeta”, ha dicho la madre de Marta.
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