Este artículo se publicó hace 16 años.
Adolfo Domínguezi dice que la crisis se remonta a costa de menores beneficios
El diseñador y empresario gallego Adolfo Domínguez ha asegurado hoy que la moda "de autor" no escapa a la crisis económica y a los efectos que el mal tiempo ha originado en el sector textil, pero considera que son turbulencias propias de la vida que se remontan a costa de menores beneficios.
Así lo ha explicado a Efe en una entrevista con motivo de la apertura de una nueva tienda en Oviedo de 1.300 metros cuadrados.
Apasionado de las ciencias, Adolfo Domínguez asegura que sigue diseñando para una inmensa minoría, porque "a las mayorías ya las tocan otros".
Cuando viene a Asturias admira el contraste de montaña y mar, la buena conservación del paisaje y valora la cultura de la moda que Asturias comparte con el resto del norte de España: "Aquí las personas son cultas y refinadas y ese es precisamente mi público".
Pese a contar con más de 500 tiendas en 18 países del mundo, varias líneas de producto y una larga lista de reconocimientos, considera que no ha alcanzado "metas" porque no cree en ellas; "la vida es camino", dice.
Respecto a su trayectoria como diseñador y su apuesta por la diversificación, Domínguez considera que se trata de un proceso lógico en el mundo de la moda.
"Al incremento geográfico le sigue el de las líneas que vendes", ha subrayado.
Recuerda que su carrera como diseñador comenzó en la década de los 70 haciendo ropa de hombre y mujer y posteriormente llegaron las líneas de joven, niño, los complementos, las fragancias y llegarán las joyas, asegura.
Sus tiendas, aunque también en el centro, suelen ubicarse "al lado de..." porque el cliente se mueve, "le interesan los sitios íntimos" y porque confía en su capacidad de "atraer al cliente" e incluso de provocar que se active el comercio en el entorno de las tiendas.
Domínguez valora el reconocimiento internacional de la moda española y asegura que se irá consolidando a través del trabajo de todos los diseñadores.
Viste lo que diseña porque le sale más barato y apuesta por un hombre sobrio y una mujer colorista "con mesura". "No me gustan los árboles de navidad", puntualiza.
Amante de la feminidad, rechaza lo "unisex" y aunque es consciente del carácter insustituible del pantalón, sus diseños femeninos se inclinan por la falda y el vestido, una prenda que, asegura, adora diseñar incluso en temporadas en las que no se lleva.
En cuanto a los materiales, se decanta por el lino y el poliéster, por tratarse de una fibra altamente tecnológica y, al contrario de las creencias, "más respetuosa con el medio ambiente que el algodón".
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