El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, considera que las corrientes que le son contrarias dentro de su propia coalición no tienen propuestas alternativas para liderar el partido en las próximas generales. La valoración surge como reacción a la propuesta de sus adversarios de Rosa Aguilar, alcaldesa de Córdoba y responsable de Política Institucional de IU, como posible sustituta encabezando las listas. Una sustitua que de hecho forma parte del equipo del propio Llamazares.

En una entrevista concedida a Radio Nacional, Llamazares se mostró satisfecho de la elección de que 'mis propios adversarios políticos tengan como alternativa a gente de mi equipo'. No obstante, recordó que Aguilar es 'figura más importante desde el punto de vista de la gestión porque es nuestro buque insignia' y que por tanto 'tiene en el Ayuntamiento de Córdoba una tarea y allí su trabajo y compromiso'.

En cuanto a su propio perfil, el coordinador general de IU reconoció que se ve como 'posible cabeza de cartel', aunque la coalición dispone de 'compañeros con características similares, e incluso mejores'.

Se valoró como 'un activo de IU desde el punto de vida personal, parlamentario y político', haciendo hincapié en que su actitud y su gestión ha sido crítica con el Gobierno pero también constructiva, con el fin de garantizar las políticas de izquierdas. La coalición, en sus palabras, es una 'formación política con un perfil muy nítido respecto a la política estatal y que, por lo tanto, no es una formación aventurera sino responsable, capaz de defender políticas de izquierdas'.

'No puede resolver el problema quien lo creó'

La cuestión sucesoria en IU se ha avivado por las críticas vertidas recientemente por Felipe Alcaraz, uno de los rivales políticos de Llamazares dentro de la coalición, que recientemente afirmaba que el coordinador general no es la opción óptima para encabezar las listas ya que 'no puede resolver el problema quien lo creó'.

Aunque dice desconocer que problema es ese, el líder de la formación calificó de 'natural' la crítica, aunque advirtió del riesgo de que se convierta en descalificación: 'eso no es bueno para IU. Una cosa es una formación crítica y otra bien distinta, masoquista'.