Expirado, la pasada medianoche, sin acuerdo el plazo para llegar a un pacto en la mesa de negociación, Aena, la empresa que gestiona los aeropuertos, y la Unión Sindical de Controladores Aéreos (Usca) se someten desde hoy a un laudo de arbitraje para cerrar el segundo convenio colectivo del sector.

A pesar de la intensa jornada de reuniones de ayer, ninguna de las dos partes acercaron posturas en aquellos puntos más sensibles, la mayoría de ellos relacionados con las condiciones del trabajo del colectivo. Entre estas cuestiones se incluyen aspectos como el número de horas de trabajo, la distribución de los turnos o la formación de nuevos controladores aéreos, principales peticiones de los controladores.

El capítulo de la remuneración salarial quedó ya acordado en agosto de 2010, insisten desde el sindicato Usca. Sin embargo, la ausencia de pacto en cuanto al horario, y sus horas extras, puede acarrear un sensible cambio en las nóminas.

De esta manera, la solución final del nuevo convenio colectivo queda en manos de Manuel Pimentel, ex ministro de Trabajo con el PP, que el pasado 11 de enero fue designado por ambas partes como mediador del conflicto. El plazo del laudo de arbitraje finaliza el próximo 28 de febrero.

Durante estas semanas, Pimentel iniciará una ronda de consultas con ambas partes, que puede ser de forma individual o conjunta, sobre sus reivindicaciones, antes de emitir una resolución final de obligado cumplimento por Aena y Usca.

El nuevo convenio cerrará un conflicto que se extiende ya un año e incorporará el principio de la paz social, con el fin de evitar otro episodio de caos aéreo como el vivido el pasado diciembre.