Este artículo se publicó hace 15 años.
Alberto Cortez dice que en el escenario es donde más feliz se siente
A sus 69 años, el cantautor argentino Alberto Cortez repasa su trayectoria vital y artística en "La vida", una biografía escrita por Laura Etcheverry y en la que el autor de clásicos de la canción como "Cuando un amigo se va" o "Distancia" deja claro que "en el escenario es donde más feliz me siento".
Por eso Alberto Cortez, que desde mediados de los años sesenta reside en España, no tiene intención de retirarse y mientras prepara sus próximas giras por México y Argentina y ultima la preparación de un nuevo disco (ha grabado más de cuarenta), acompaña a la autora de su biografía en la presentación en España de "La vida", publicada por Ediciones Autor de la Sociedad General de Autores y Editores.
Con un "he seguido el camino de mi vocación" Alberto Cortez resume, en una entrevista con EFE, una trayectoria vital y artística que se inició a los seis años, cuando empezó a tocar el piano, y a los doce, cuando el descubrimiento del erotismo le llevó a componer su primera canción, "Un cigarrillo, la lluvia y tú".
En sus cinco décadas de carrera profesional Alberto Cortez, que en el 2007 recogía un Grammy en reconocimiento a su trayectoria, ha vivido muchas anécdotas que aún hoy le impresionan, muchas de ellas relacionadas con su canción "Cuando un amigo se va", que escribió tras la muerte de su padre y que él mismo ha cantado en funerales como el de Loyola de Palacio.
"Era una gran amiga, antes de morir dijo que quería que la cantase en su funeral y así fue", cuenta Alberto Cortez, que también se sorprendió cuando una multitud en México cantó esta canción al Papa Juan Pablo II cuando éste se dirigía al aeropuerto tras la que sería su última visita al país.
Y es que sus canciones se han convertido en la banda sonora con la que mucha gente ha crecido, como Laura Etcheberry, una profesora de literatura y poeta argentina que a los 7 años fue a ver actuar a Alberto Cortez. "Crecí con él. No como si fuera un ídolo, sino como un amigo, porque sus canciones me han acompañado mucho y han ayudado a vivir a mucha gente", explica la autora.
En 1996, a raíz de un grave problema de salud del cantante que puso en riesgo su vida, Etcheverry decidió enviarle un libro de poesías en las que expresaba lo que sus canciones habían significado para ella. Ahí se inició una amistad entre ambos, de la que surgió la idea de la autora de escribir su biografía.
Cinco años de investigaciones y de conversaciones con el artista y con la gente que ha tenido relación con él han quedado plasmados en esta biografía de 528 páginas y que toma su título del de una de las canciones del cantautor, en un libro narrado en tercera persona y que incluye fotos del artista.
Alberto Cortez se queja de que ahora "los medios" y "la profesión" en España no le hacen demasiado "sitio" cuando "he sido pionero de tantas cosas aquí, la mayoría de los cantautores han bebido de mí, fui el primero en musicalizar a poetas o en cantar en escenarios como el Teatro de La Zarzuela", recuerda.
Una queja que no afecta a su público -"después de cada concierto me paso dos horas firmando discos, haciéndome fotos y saludando a la gente", cuenta- y que achaca a una sociedad que ve impregnada de un "exitismo exacerbado" y de "una especie de locura" hacia géneros, como el rock o el pop, en los que encuentra "una especie de pobreza, de superficialidad".
Pero la canción de autor, explica, sigue contando con nuevas generaciones, como, en el caso de España, la que protagonizan Ismael Serrano, Pedro Guerra o Rosana.
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