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Un alcalde alavés en huelga de hambre para reclamar sanidad para su municipio

EFE

El alcalde de Oyón (Álava), Rubén Garrido (PP), ha iniciado a las 09.00 horas una huelga de hambre frente al Gobierno riojano, en espera de que los vecinos de los municipios alaveses limítrofes con La Rioja puedan seguir recibiendo asistencia sanitaria en esta región, algo que cree que se va a producir.

Ante periodistas de las comunidades implicadas en este conflicto sanitario, La Rioja y País Vasco, Garrido ha llegado "tranquilo", con una mochila a la céntrica plaza de Logroño situada frente a los edificios del Gobierno que preside Pedro Sanz (PP) y junto a tres vecinos de su pueblo que le han ayudado a instalarse.

En este lugar, Rubén Garrido estará, los días que "haga falta", con una pancarta en la que puede leerse "Osakidetza-Rioja Salud. Con la salud no se juega, los pacientes no somos moneda de cambio. Solución ??¡Ya!!!"

Sentado en el banco que ocupará hasta que este conflicto sanitario se solucione, Garrido se ha mostrado convencido de que el presidente riojano "recapacitará" y de que el Gobierno vasco hará un mayor esfuerzo para que se mantenga la asistencia sanitaria de los pacientes vascos de municipios limítrofes con esta comunidad autónoma.

(A Pedro Sanz) "Le honrará que dé un paso atrás", ha afirmado el alcalde del PP de Oyón, quien espera que esta huelga de hambre, que inicia con bebidas isotónicas en su mochila y con un libro titulado "Confianza total", va a "terminar con el calvario" que supone para los vecinos de La Rioja Alavesa no ser atendidos en los centros de salud de La Rioja, como ocurría hasta el pasado mes de septiembre.

Esta huelga de hambre es para su protagonista un "golpe encima de la mesa" para que se produzca un acuerdo entre La Rioja y el País Vasco, aunque Garrido destaca los pasos dados ya por el Ministerio de Sanidad y por su propio partido, el PP, que asegura que está haciendo "grandes esfuerzos" para solucionar esta situación.

El alcalde, enfermero de profesión en su pueblo, se encuentra "tranquilo", asegura que ha dormido bien esta noche, pero reconoce que su decisión -que tomó "en frío" y que ha afectado "bastante" a su familia y su pueblo- es "difícil y dura".

Sin embargo, cree que tenía que dar un paso adelante y confía en que esta huelga de hambre servirá para terminar con el "calvario" que vive la Rioja Alavesa en cuanto a la atención sanitaria.

Rubén Garrido insiste en que no quiere molestar a nadie, se muestra fuerte y mentalizado por si su huelga tiene que alargarse en el tiempo, pero confía en que se alcance una solución en los próximos días al imponerse la responsabilidad de todos los implicados y el sentido común.

Ha precisado que con su postura defiende a los 3.500 vecinos de su municipio y a todos los españoles, porque recuerda que existe un sistema nacional de salud y se debe llevar a efecto.

Garrido, de 40 años, ha reconocido que nunca hubiera pensado que iba a verse en la situación de hacer una huelga de hambre, pero está convencido de lo que hace.

Asegura que entiende que Pedro Sanz defienda los intereses de todos los riojanos y considera "lícito y normal" que el Gobierno de La Rioja pida contraprestaciones para la asistencia a pacientes de otras comunidades, pero cuestiona la "forma unilateral" en la que el Ejecutivo riojano tomó la decisión en septiembre.

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