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Las amenazas de guerra civil o de desintegración se ciernen sobre Yemen

EFE

Las amenazas de una "guerra civil" o de una "desintegración" se ciernen sobre Yemen si la comunidad internacional no acude en ayuda de este país, según una comisión de la ONU que investigó la represión por parte del gobierno de las protestas pacíficas de los últimos meses.

En ese contexto, grupos armados yemeníes, algunos de ellos vinculados al movimiento terrorista Al Qaeda, luchan contra las fuerzas oficiales en su intento por hacerse con el poder, señala el informe presentado hoy a la prensa por Hanny Megally, miembro de la comisión.

Según el documento, "el Gobierno yemení ha perdido el control efectivo de partes del país y dentro de algunas ciudades importantes, donde los opositores armados parecen tener el control de facto".

Los enviados de la ONU afirman que la violencia con la que se intento sofocar las manifestaciones en Yemen, que empezaron a principios de año y desde entonces no han cesado, causaron "cientos de muertos y miles de heridos, entre los que hay amputados".

Megally, quien también es jefe de división en el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, consideró que Yemen está en "un claro riesgo de guerra civil si no se toman acciones rápidas", y advirtió de que puede convertirse en un refugio seguro para los grupos radicales y, en consecuencia, en un peligro para toda la región.

En este sentido, dijo que se observa ya "una radicalización" de las protestas, con las que se reclamaba al régimen de Ali Abdalá Saleh más libertades, reformas democráticas y el fin de la corrupción, endémica en ese empobrecido país de la península arábiga.

A pesar de la represión y de los meses transcurridos, los manifestantes no han cedido en su voluntad de buscar un cambio profundo, dijo Megally, para quien el peligro pasa por una instrumentalización de este movimiento por parte de los grupos radicales islámicos.

El especialista en derechos humanos explicó que esos últimos se presentan como supuestos protectores de las manifestaciones frente a las fuerzas del orden público, con las que suelen mantener enfrentamientos armados.

Megally consideró que en esta situación la comunidad internacional puede intervenir propiciando que todas las facciones en el conflicto acepten negociar la solución de los problemas políticos del país.

"El problema es que el resentimiento está aumentando por los asesinatos (en la represión) y la gente exige de se haga Justicia, pero a la vez no confía en su gobierno o en el aparato judicial actual", sostuvo.

Agregó que la Justicia internacional podría aportar una solución a esa situación y los países podrían contribuir a que Yemen edifique un sistema judicial apropiado.

"Lo que la gente no quiere es que los opositores tribales y el gobierno lleguen a un acuerdo y que las cosas sigan como hasta ahora, con pequeños cambios sin importancia. Eso es motivo de preocupación, particularmente entre los jóvenes, que quieren reformas reales y tener una voz cuando se discuta sobre el futuro", declaró Megally en una rueda de prensa.

Sobre la visita a Yemen para realizar esta investigación, indicó que el gobierno colaboró con la comisión y le brindó acceso a todos los lugares que solicitó, incluidos prisiones y hospitales, aunque por razones de seguridad sólo pudo visitar tres ciudades.

Este informe será presentado formalmente la próxima semana en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que se reúne hasta finales de mes en Ginebra.

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