Este artículo se publicó hace 17 años.
Amos Oz pide que Europa deje de elegir entre Israel o Palestina
El escritor hebreo ha recibido el premio de las Letras, pide a los europeos que busquen la paz en Oriente Próximo con "comprensión" hacia ambos pueblos.
El escritor Amos Oz ha manifestado hoy en Oviedo que los europeos no tienen por qué elegir entre Israel o Palestina, sino que deben estar a favor de la paz, dada la "responsabilidad" que atribuye a Europa en la resolución del conflicto árabe-israelí.
Durante el discurso que ha pronunciado esta tarde en el Teatro Campoamor con motivo de la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias, Oz, que ha recibido el galardón de las Letras, ha defendido que la literatura es "un puente entre los pueblos porque estimula la capacidad de imaginar al prójimo, "un modo de inmunizarse contra el fanatismo".
El autor de "Una historia de amor y oscuridad" ha advertido de la incapacidad de muchos judíos y árabes para imaginarse unos a otros y ha asegurado que ello es parte importante de la "tragedia" árabe-israelí, cuando los dos pueblos tienen "algo en común", el haber sufrido "bajo la pesada y violenta mano de Europa".
"Cabría suponer que dos víctimas de un mismo perseguidor desarrollarían cierta solidaridad entre ellas", ha reflexionado Oz para concluir que "desgraciadamente" este lazo no se crea "ni en las novelas ni en la vida real" porque los árabes ven a los judíos como "nuevos cruzados" y el pueblo hebreo personifica en aquellos a "los responsables de los pogroms y los nazis".
Por la paz en Oriente Próximo
Por eso el escritor, que pronunció su discurso en hebreo, ha señalado la "responsabilidad" de los europeos para que "en lugar de alzar un dedo acusador" ayuden a ambas partes, les muestren "afecto y comprensión" y promuevan la paz en el Oriente Próximo.
En su discurso, el premio Príncipe de Asturias de las Letras ha considerado que la literatura está por encima del turismo como forma de conocer el mundo porque mientras un viajero puede "ver a una mujer asomada a la ventana", el lector de una novela tiene la posibilidad de estar "en su salón e incluso dentro de su cabeza".
Según el escritor, "la mujer de la ventana puede ser una palestina de Nablús y una israelí de Tel Aviv", a las que "irían mejor las cosas" si cada una leyese acerca de la otra, "para saber al menos que hace que la mujer de la otra ventana tenga miedo o esté furiosa, y qué le infunde esperanza".
La curiosidad tiene "una dimensión moral", ha proclamado Oz, porque la capacidad de imaginar al prójimo a través de una novela convierte al lector en "una persona más humana".
Sin embargo, el novelista ha añadido: "No he venido esta tarde a decirles que leer libros vaya a cambiar el mundo", sino a sugerir que "leer libros es uno de los mejores modos de comprender que, en definitiva, todas las mujeres de todas las ventanas necesitan urgentemente la paz".
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