Por Manuel María Ruiz

Forzado por la realidad económica y por sus socios europeos, el Gobierno español ha roto el tabú que le impedía meter tijera al gasto social y ha decidido ahorrar en salarios e inversiones públicas para acelerar el proceso de consolidación fiscal asumiendo un previsible deterioro del crecimiento económico.

El presidente del Ejecutivo anunció el miércoles un duro y amplio paquete que contiene recortes del gasto público, cuyos principales ejes rotan sobre un reducción media del 5 por ciento de salarios públicos para 2010 y su congelación para 2011. Por otra parte, la reducción de las inversiones supondrá un ahorro de 6.045 millones de euros este año y el siguiente.

También se baja el sueldo un 15 por ciento a los miembros del Ejecutivo.

"Se han tomado las medidas necesarias, especialmente claves en el recorte del gasto y muy importantes en el ámbito de los recortes y congelaciones salariales en el sector público", dijo un alto cargo del sector monetario.

"Son los deberes que España tenía que hacer y los ha hecho", añadió.

Bruselas exige que España reduzca su abultado déficit público hasta el 3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) desde el 11,2 por ciento al cierre de 2009.

Los analistas consultados estaban de acuerdo en que el recorte salarial en el ámbito público supone un implícito mensaje al sector privado para que haga suya esta acción en beneficio de la productividad.

"Es una señal de ejemplificación e incentivo para que algunos sectores privados lleven a cabo los esfuerzos salariales que Zapatero ha anunciado en el sector público", dijo Emilio Ontiveros, catedrático de Economía y director gerente de Analistas Financieros Internacionales.

El Gobierno también dijo que congelará las pensiones en 2011, excepto las no contributivas y las pensiones mínimas.

MENOS CRECIMIENTO

Zapatero admitió que estas drásticas medidas supondrán previsiblemente "algunas décimas" menos de crecimiento en 2011 desde el 1,8 por ciento previsto en el último plan de estabilidad.

"Son medidas que acentúan el perfil contractivo de la economía y va a ser difícil evitar una cierta anorexia éste y el próximo ejercicio", añadió Ontiveros.

El Ejecutivo también reducirá gastos en farmacia y recortará en 600 millones de euros la ayuda oficial al desarrollo entre los años 2010 y 2011.

Para cumplir con el compromiso adquirido por España el pasado fin de semana en Bruselas de acelerar el ritmo de recorte del déficit fiscal en 15.000 millones de euros entre 2010 y 2011, el Gobierno también acordó eliminar el cheque bebé de 2.500 euros por nacimiento a partir de enero de 2011 y eliminar la retroactividad de pago de prestaciones por dependencia.

El Gobierno también prevé un ahorro adicional de 1.200 millones de euros de Comunidades Autónomas y Entidades Locales.

CRÍTICA SINDICAL

Los sindicatos no tardaron mucho tiempo en criticar las medidas anunciados por el Gobierno, que tomó como una ruptura de la tradicional posición de Zapatero.

"Estas medidas confirman el propósito del Gobierno de ajuste duro y eso, a mi juicio, significa una quiebra del discurso del presidente, un cambio de escenario en las relaciones con las organizaciones sindicales", dijo Cándido Méndez, secretario general de UGT a la cadena Ser.

"Estas medidas pueden mejorar la posición del gobierno, pese a que probablemente serán impopulares", expresó Nicolás López, director de análisis y mercados de M&G Valores.

Particularmente ácidas fueron las críticas del secretario general del primer sindicato español por afiliación, Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo.

"El programa de ajuste presentado hoy por Zapatero merece un máximo rechazo social (por) los efectos que va a provocar en términos de crecimiento económico, y creo que esto no lo debe tolerar la sociedad española y esperamos la rectificación", dijo Toxo en una rueda de prensa.

El líder sindical añadió que no descarta la adopción de ninguna medida por parte del sindicato.