Este artículo se publicó hace 14 años.
ANALISIS-El Papa aviva el debate católico sobre los condones
Por Tom Heneghan
El sorprendente punto de vista del PapaBenedicto XVI de que los condones pueden usarse en algunasocasiones para combatir el sida ha avivado un enérgico debateentre los teólogos católicos y los analistas sobre si estosupondrá un cambio en la forma de pensar de la Iglesia.
Sus declaraciones y una aclaración del Vaticano parecían nodejar duda de que el Papa había hablado con una franqueza sinprecedentes para un pontífice y cambiado un poco la perspectivade la Iglesia de rechazar los preservativos para evitar el sida.
Pero el formato de sus declaraciones -en un libro deentrevistas con un periodista alemán en lugar de un documentooficial vaticano- y alguna confusión por las traduccionesabrieron una brecha que permitió interpretaciones divergentes.
Los "bloggers" conservadores católicos han reaccionado conconsternación -uno puso el título del libro "Light of the World"sobre un dibujo de Pandora abriendo su caja y permitiendo queescaparan los demonios del mundo.
"Quiero mucho al Santo Padre, es un hombre profundamentesanto y ha hecho mucho por la Iglesia. En este tema enparticular, no estoy de acuerdo con él", escribió elreverendo Tim Finigan en su blog The Hermeutic of Continuity.
El editor estadounidense del Papa, el reverendo JosephFessio, declaró: "El Papa no 'justificó' el uso del condón enninguna circunstancia. Y las enseñanzas de la Iglesia siguensiendo las mismas que han sido siempre, tanto antes como despuésde las declaraciones del Papa".
APLAUSO DE LOS CRITICOS
Aquellos que durante mucho tiempo han pedido que se permitanlos preservativos como última medida recibieron con agrado elnuevo enfoque.
"El Vaticano ha sido tan crítico con los condones que hallevado a algunos católicos a pensar que los condones son dealguna manera intrínsecamente malos, que no hay situaciónconcebible en la que se puedan usar moralmente", dijo elreverendo Thomas Reese en Washington.
"Las nuevas declaraciones del Papa descartan esa idea", dijoel superior del Centro Teológico de Woodstock.
Christian Terras, normalmente crítico del Papa en su revistadisidente católica francesa Golias, dijo que el tono del Papa fue"más humano y pastoral, más cercano a la gente, menos académico ycerebral".
El Vaticano nunca ha emitido una doctrina oficial sobre eluso del condón y el sida. Su rechazo a los preservativos sederiva de la encíclica Humanae Vitae, que prohibía todas lasformas de control artificial de los nacimientos en 1968 yenseñaba que el sexo debe reservarse a las parejas casadas.
Esta postura fue cada vez más criticada cuando el sida arrasóen Africa y los trabajadores sanitarios aconsejaron el uso delcondón para evitar la expansión del virus del VIH.
Los críticos definieron a los papas Juan Pablo II y BenedictoXVI como asesinos por predicar sólo la abstinencia y la fidelidaddentro del matrimonio.
SANTOS Y ASESINOS
En el libro, el pontífice declaró que los condones podríanusarse como último recurso y como primer paso para unaaproximación más ética a la sexualidad. Primero lo limitó a loshombres que ejercen la prostitución, lo que provocó unadiscusión.
Después de que el diario del Vaticano L'Osservatore Romanoescribiera que se limitaba a las prostitutas, el portavozvaticano, Federico Lombardi, declaró el martes que el Papa lehabía asegurado que su postura se aplicaba de forma más ampliaque lo que implicaba el libro.
"Si es un hombre, una mujer o un transexual el que lo hace,nosotros estamos siempre en el mismo punto, que es el primer pasoen evitar de forma responsable un grave riesgo al otro", dijo.
"El hecho de que un portavoz oficial del Vaticano parezcaestar ampliando la posibilidad de su uso claramente esrevolucionario", dijo el reverendo John Pawlikowski, profesorde ética social en la Unión Teológica Católica de Chicago.
El cardenal francés Philippe Barbarin señaló que el Papa nohabía cambiado la doctrina de la Iglesia, pero que había"destacado matices, porque las situaciones humanas a veces sonmuy complejas".
Barbarin, el conservador arzobispo de Lyon, dijo que el Papasimplemente reafirmó lo que el fallecido cardenal de ParísJean-Marie Lustiger había dicho hace 20 años: "Si no quieren sersantos, al menos no se conviertan en asesinos".
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