Este artículo se publicó hace 14 años.
ANALISIS-Salud y austeridad: recortes presupuestos cobran vidas
Por Kate Kelland
Líderes europeos que están recortandolos presupuestos nacionales buscan convencer a los votantes deque la salud es sagrada, pero aún deben luchar para escapar dela verdad acerca de que reducir el gasto en otras áreas terminacostando vidas.
Si la prioridad de un Gobierno es proteger las vidas de susciudadanos, parece una opción sensata evitar los recortes enlos gastos de salud mientras se reducen otros presupuestos y sebaja el costo de los medicamentos.
Sin embargo, expertos creen que los recortes planificadosdel gasto social y de otros programas estatales afectarán alresto de los sectores, desde las jubilaciones hasta lasviviendas, lo que también perjudica la salud de sus naciones.
Si el desempleo crece, tal como fue pronosticado en paísescomo Gran Bretaña y España, las consecuencias pueden serpeligrosas. En resumen, la salud es algo más grande que elsistema de salud.
"Estos recortes producirán un daño significativo en lasalud de la gente", dijo David Stuckler, del Departamento deSociología de la Oxford University.
"No se trata sólo de los médicos y los medicamentos (...),el cuidado y el apoyo social son vitales para prevenir que laspersonas se enfermen", agregó.
En un estudio publicado en el British Medical Journal (BMJ)la semana pasada, Stuckler y su equipo calcularon que poraproximadamente cada 80 euros (107 dólares) de recorte delgasto social por persona, las muertes relacionadas con elalcohol aumentarían un 2,8 por ciento y las muertes porenfermedad cardíaca alrededor de un 1,2 por ciento.
Gran Bretaña dispuso recientemente una serie de recortesdel gasto público, mientras que Grecia, España, Portugal eItalia planean drásticas reducciones del déficit.
Hasta Alemania, la mayor y quizás la economía más saludablede Europa, se propone ahorrar 80.000 millones de euros delpresupuesto en los próximos cuatro años.
"Si podemos recordarles a las autoridades que estosrecortes causarán un verdadero sufrimiento (...) quizás lasdécadas de dolor y austeridad que se están contemplando vendráncon una cara humana", opinó Stuckler.
Estudios previos hallaron que el desempleo tiene un efectocasi inmediato en la salud mental y en las tasas de suicidio.
"Es increíblemente difícil asociar lo que pasa este año oel próximo en los presupuestos de asistencia social y lo quepasa con alguna reducción en línea con la salud de la gente",dijo John Appleby, economista jefe del grupo de expertos ensalud King's Fund, en Londres.
"Pero lo que sabemos, de cada estudio que ha sido hechosobre esto, es que el desempleo no es bueno para la salud delas personas. Entonces, sí, en los márgenes habrá una pequeñaproporción que sufrirá catastróficamente, en otras palabras,morirá", enfatizó.
TERAPIA DE SHOCK
Políticos que intentan distanciarse de la idea de que elajuste puede llevar a una mayor mortalidad podrían intentarculpar a la recesión. Mientras que científicos han detectadouna fuerte correlación entre mayor crecimiento económico ymenores tasas de mortalidad.
Pero Stuckler dijo que la evidencia también muestra queesta asociación puede quebrarse si se mantiene el gasto socialen los momentos difíciles. Y, de lo contrario, se confirma mássi los sistemas de apoyo social son afectados por las medidasde austeridad.
Para eso puso el ejemplo de Rusia a principios de la décadade 1990, cuando una "terapia de shock" para forzar elnacimiento de un sistema capitalista también quitó muchosderechos sociales a los trabajadores, las familias y losniños.
"Esos rápidos cambios económicos y estrictos programas deausteridad provocaron una devastadora crisis de mortalidad, uninmediato aumento de los suicidios, de ataques cardíacos y demuertes relacionadas con el alcohol, al igual que unaincapacidad para controlar el VIH, la tuberculosis", dijo.
Martin McKee, del Observatorio Europeo de Sistemas yPolíticas de Salud de la Organización Mundial de la Salud(OMS), que trabajó en el estudio de BMJ, dijo que el impactoreal de las medidas de austeridad en las muertes y lasenfermedades quizás no se sienta hasta dentro de un tiempo.
Pueden pasar décadas entre las decisiones de los gobiernosy sus consecuencias, por ejemplo, muertes por enfermedades delcorazón causadas por la mala nutrición en familias quesufrieron el desempleo y perdieron subsidios estatales paracomprar alimentos.
"La investigación científica sólo puede demostrar losimpactos a corto plazo", dijo McKee. "Pero todo lo que sabemosnos sugiere que es muy probable que esto tenga efectossignificativos en el largo plazo", concluyó.
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