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Ángel Corella atisba un lento pero firme resurgimiento de la danza clásica

EFE

El bailarín y coreógrafo Ángel Corella, director del ballet que lleva su nombre y que sostiene la Junta de Castilla y León, ha percibido un lento pero firme resurgir de la danza clásica en España a través de la confianza que, en forma de apoyos, recibe "poco a poco" de entidades públicas y privadas.

"Es verdad que la crisis no ayuda mucho pero, poco a poco, la familia real, las instituciones públicas, privadas y las empresas se van dando cuenta de la importancia de la danza clásica y se abre un camino aunque de una manera mucho más difícil que en otros campos", ha reflexionado Corella (Madrid, 1975) durante la presentación en Valladolid de su nuevo espectáculo.

La presencia de nuevas coreografías, escenografías, vestuarios y también de bailarines más y mejor formados son algunas de las razones, a su juicio, de ese lento resurgir desde que hace unas dos décadas la compañía nacional se pasó a la danza contemporánea.

Fue entonces cuando comenzó la diáspora de los bailarines, en su caso al American Ballet Theatre -al que se incorporó en 1995-, hasta que en abril de 2008 decidió crear el Corella Ballet Castilla y León, única compañía de danza clásica existente en España y que en la actualidad integran sesenta danzarines de trece países.

Desde su ingreso en el American Ballet Theatre hasta la creación de su propia compañía han pasado "quince años de una lucha enorme, de llamar a muchas puertas que se cerraron y que en algunos casos ni tan siquiera se han llegado a abrir", ha añadido.

"Resulta muy triste que desde las instituciones públicas, ministerios y empresas privadas se apoye a ciertos sectores que no son tan importantes para la sociedad, y que la danza clásica sea el patito feo, aunque por fortuna las cosas están cambiando", ha insistido Ángel Corella.

Ha puesto como ejemplo a la Junta de Castilla y León, mecenas del Corella Ballet -radicado en San Ildefonso-La Granja (Segovia)-, "que lo vio claro desde el principio, pero no siempre resulta así porque el fuego de la danza clásica se apagó con mucha tierra encima y volver a prender la mecha es mucho más difícil".

Ha expresado su deseo de que en breve pueda desaparecer su nombre de la compañía que dirige, "algo circunstancial", porque eso significaría que la danza clásica ya estaría consolidada, "que la gente compraría sus entradas no para verme a mí, sino para disfrutar de los grandes bailarines que tenemos en la compañía y de las coreografías".

"Seguiremos adelante a pesar de la crisis", ha manifestado antes de recordar la próxima gira que, a finales de marzo de 2010, realizará la compañía por varios escenarios de los Estados Unidos.

El Corella Ballet Castilla y León presentará en Valladolid, entre los próximos 18 y 22 de noviembre, tres programas de los cuales uno lleva su firma en la coreografía ("String Sextet"), algo que espera que sea "la última vez" porque no tiene intención de convertir su equipo en "una compañía de autor".

Las dos restantes son "VIII", dedicada a Enrique VIII y a dos de sus esposas: Catalina de Aragón y Ana Bolena, que Christopher Wheeldon creó en su día para el Ballet de Hamburgo y posteriormente fue recreada para el American Ballet Thetatre.

"Es muy teatral, lírica, bastante fuerte e inusual en los escenarios", ha señalado antes de concluir con la presentación de "Fancy Free", de Jerome Robbins y que Frank Sinatra y Gene Kelly protagonizaron en el cine con "Un día en Nueva York" (1949).

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