Este artículo se publicó hace 13 años.
Anormalidades respiratorias, raras en bebés con antecedentes
Por Karla Gale
Las anormalidades de las víasaéreas son raras en los bebés que sufrieron un "evento deaparente amenaza a la vida" (ALTE, por sus siglas en inglés),pero que se recuperan bien en el departamento de emergencias.
Un estudio halló entre casi 500 de esos pacientes sincomorbilidades asociadas o un diagnóstico inicial adverso, quemenos del 2 por ciento realizaba una consulta de control con unotorrinolaringólogo inicialmente o durante los cinco años deseguimiento, publica el equipo en Archives ofOtolaryngology-Head and Neck Surgery. Sólo un 0,6 por cientonecesitó cirugía.
Aun así, "si el bebé respira con ruidos o tiene problemaspara respirar, hay que evaluarle las vías aéreas", dijo elautor principal, doctor J. Fredrik Grimmer.
Los autores definieron ALTE en un bebé como "todo episodioque asusta al observador y se caracteriza por combinar la apnea(central u obstructiva ocasionalmente), cambio del color depiel (cianosis o palidez), alteración del tono muscular,convulsiones o jadeos por ahogamiento", y movimientos anormaleso alteración del estado mental.
Está en debate la utilidad de la evaluaciónotorrinolaringológica en esos casos.
El equipo de la Escuela de Medicina de la University ofUtah en Salt Lake City, analizó las historias clínicas demenores de 1 año tratados por ALTE en un hospital pediátrico deatención terciaria. El hospital, único en el estado, fue elúnico que brindó atención otorrinolaringológica.
Los pacientes ingresaron entre 1999 y el 2003. A tres bebéscon jadeos, estridor y problemas por aspiración se les realizóuna broncoscopía, una laringoscopía flexible o ambas al momentode la internación. Uno tenía laringomalacia y se le realizó unasupraglotoplastia; los otros dos tuvieron resultados normalesen los estudios.
A otros seis pacientes se los evaluó más adelante porvarios motivos, como la apnea obstructiva del sueño, estridor,trastornos por aspiración crónica y estridor después de unaintubación prolongada. A dos se les diagnosticó laringomalaciay a uno se le realizó una supraglotoplastia.
Otro bebé tenía hipertrofia adenotonsilar y se leextirparon las amígdalas y las adenoides. Los otros trespacientes tuvieron resultados normales en los exámenes.No murió ninguno de esos nueve pacientes.
"Nos sorprendió haber atendido en nuestro servicio a tanpocos pacientes. Esto demuestra que los médicos estamos máscómodos si a los pacientes con ALTE que llegan en buen estadoal hospital no se les hacen tantos exámenes como antes" dijoGrimmer.
El experto tiene la teoría de que "muchos de estospacientes están tratados por reflujo, y (...) lo que sucede esque el reflujo dispara una respuesta en la laringe paraproteger temporalmente las vías aéreas".
Dos pacientes de la cohorte murieron (a los 18 meses y los5,5 años del ALTE) tras desarrollar trastornos convulsivos,problemas respiratorios crónicos e insuficiencia respiratoria.
Según el equipo, la incidencia de ALTE es de 0,6 casos porcada 1.000 nacidos vivos. Las causas subyacentes incluyen laepilepsia, el abuso físico, las arritmias, las infeccionescrípticas y el reflujo, pero menos de la mitad estádiagnosticado.
"Los resultados sugieren que la evaluaciónotorrinolaringológica pediátrica no sería necesaria en losbebés con buena apariencia general hospitalizados por ALTE(...) No así en los que consultan con distrés o estridorrespiratorio".
FUENTE: Archives of Otolaryngology-Head and Neck Surgery,2011
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