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Antonio López compra hortalizas para su taller de pintura de bodegón

EFE

"¡La calabaza más grande!" es lo primero que ha pedido el pintor Antonio López en una de las verdulerías del mercado del Ensanche de Pamplona, adonde ha acudido hoy para proveerse de los productos necesarios para pintar bodegones dentro del taller que va a impartir en la Universidad de Navarra.

Una treintena de alumnos de Navarra, Cataluña, Valencia, Andalucía, País Vasco, Madrid, Valladolid y Palma, seleccionados entre más de 50 aspirantes, participarán hasta el próximo viernes, día 12, en la VI edición del taller de pintura "Maestros de la figuración", que impartirán López, Juan José Aquerreta y José María Mezquita bajo la dirección de la profesora Inmaculada Jiménez.

López, quien ha hecho parada en la verdulería, la carnicería, la pollería y el puesto de encurtidos, en busca de las formas y los colores capaces de inspirar con los pinceles, ha declarado a los periodistas que este taller en Pamplona supone para él un descanso, una prolongación de su trabajo en un lugar que no es el habitual, y una "fiesta".

"El trabajo del natural es siempre saludable. Los talleres se componen de gente muy diversa y el bodegón abarca a todos. Hay que partir de algún lugar, porque desarrollar la libertad total en cinco días sería dificilísimo", ha explicado López para justificar la opción de trabajar con la calabaza de 14 kilos, la sandía de 7 o los huesos de carne al vacío de los que se ha avituallado en el mercado.

Sin embargo, López ha destacado que lo "verdaderamente fundamental" en este tipo de talleres es "el intercambio de impresiones, la palabra. Los bodegones se hacen para pintar, pero se pinta para que haya un motivo, un pretexto, un impulso para poder hablar entre nosotros y desarrollar unos conceptos".

Este intercambio con los participantes del taller aporta a López, según ha especificado, "un sentimiento de libertad", ya que son "personas que, en bastantes casos, hacen ya su propio trabajo en sus propios sitios, y lo dejan para iniciar una pequeña aventura esos días. Para mí, ver esa aventura es vivirla yo también".

En ese sentido, López ha recalcado la importancia que tiene "salir de vez en cuando del propio espacio, con el motivo que sea, a un lugar que no sea el tuyo habitual, porque todo está excesivamente reglamentado y, aunque es necesario que lo esté, escaparte y respirar otro espacio es algo enriquecedor".

El pintor, que ha recibido premios como el Príncipe de Asturias de las Artes en 1985 y el Velázquez de las Artes Plásticas en 2006, será investido doctor honoris causa por la Universidad de Navarra el próximo 27 de octubre y, al respecto, López ha afirmado que no sabe si está "preparado para una cosa así".

"No he pasado por la universidad, porque los estudios de Bellas Artes de mi época no tenían ese nivel, pero insisten y no tengo motivo para decir que no. Si le sirve a alguien, está muy bien, e igual me sirve también a mí", ha concluido López.

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