Este artículo se publicó hace 16 años.
Aprobada la declaración contra las bombas de racimo con el apoyo de 88 países
Un total de 88 países de los más de 120 que participaron esta semana en la Conferencia sobre bombas de racimo en Nueva Zelanda firmaron hoy la Declaración de Wellington a favor de prohibir las bombas de racimo.
La Declaración indica que los firmantes apoyan la prohibición de estas armas, consideradas un peligro inaceptable para la población civil.
El ministro de Defensa neozelandés, Phil Goff, manifestó que se han realizado avances en Wellington y que los desacuerdos se limarán en la próxima reunión en Dublín, según informó Radio New Zealand.
La firma del documento es un paso mas dentro del denominado "Proceso de Oslo" y tiene como objetivo dar lugar a una nueva convención para la firma de un tratado final, prevista para mayo en la capital irlandesa.
Únicamente los firmantes de la Declaración de Wellington podrán participar en la reunión de Dublín, explicó Goff.
El proceso se inició hace un año en Noruega a fin de ilegalizar el uso de las que se han definido como las armas convencionales más mortíferas, pues el 98 por ciento de sus víctimas son civiles.
Continuó en diciembre pasado en Viena, una cita que concluyó con el acuerdo de 138 países sobre varios elementos clave, como la ayuda a las víctimas y la destrucción de arsenales.
Estados Unidos, Israel, Rusia, China, India y Pakistán, los principales productores de las bombas de racimo, no participaron en la conferencia de Wellington.
Australia, que si tomó parte en la reunión, decidió finalmente suscribir el acuerdo pese a algunas reservas sobre la definición de arma de racimo o bomba de fragmentación.
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