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Argentina revalida la calidad de su cine, clásico y moderno, fuera de concurso

EFE

Argentina revalidó este año su fuerte vínculo con la Berlinale, que en 2007 premió su cine con el Gran Premio del Jurado y el Oso de Plata al mejor actor por "El otro" de Ariel Rotter, con filmes que alternaron tradición y modernidad y se exhibieron fuera de concurso.

"La rabia" de Albertina Carri, exponente del rompedor cine argentino de nueva factura, compartió cartel en la sección de Panorama, con "El café de los maestros" de Miguel Kohan, un sentido homenaje a las leyendas del tango, entre cuyos productores figura el oscarizado compositor Gustavo Santaolalla.

Argentina, que el año pasado se consagró como cinematografía mimada por el festival, sólo está presente en la sección a concurso con la producción brasileño-argentina "Tropa de Elite", de José Padilha, que estremeció a la Berlinale por su violenta descripción de la guerra de las favelas.

Carri, que acudió a la Berlinale como exponente del cine de autor y con lenguaje propio, explicó hoy a Efe que el denominador que comparten los artífices del llamado "nuevo cine argentino" es el "compromiso" del director por imponer "su propia mirada".

El productor de la cinta y también director, Pablo Trapero, destacó que el cine de autor fue "pujante desde siempre" en el país pero que, tras la generación "ausente" que generó la dictadura, la década de los 90 dio a luz una nueva generación de directores, decididos a hacer escuchar su voz.

Según Carri, el cine argentino se encuentra actualmente en una fase "rara, de transición" puesto que se producen unas 80 películas al año -"de las que sólo un porcentaje pequeño tiene calidad autoral y técnica"- pero que carecen de "espacio físico para su exhibición".

La otra apuesta fuerte de Argentina en la Berlinale fue "El café de los maestros", un entrañable retrato coral de las leyendas vivas del tango más tradicional, con un punto de vista documental que captó el reencuentro en el estudio y sobre el escenario de una treintena de virtuosos.

Según explicó su director, Miguel Kohan, el cine argentino "goza de buena salud" y está "evolucionando y expandiendo sus horizontes" a pesar de enfrentarse a graves problemas económicos de financiación.

Afirmó que en su país se está dando un cine muy "prolífico", dada la "necesidad de contar historias", marcado por "una alta calidad narrativa" que se traduce en la creación de "un arco de películas muy distintas".

Por su parte, Santaolalla ganador de dos Óscar por "Brokeback Mountain" (2005) y "Babel" (2006), aseguró a Efe que la actual "estabilidad" de Argentina y el compromiso del Gobierno están permitiendo "propulsar" la creación cinematográfica, en un momento que calificó de "histórico" para la cultura hispana en todo el mundo.

Afirmó que ese auge está impregnando incluso "las incestuosas relaciones" entre Estados Unidos y Latinoamérica y aseguró que existe una nueva "camada" de artistas que expresan su "latinidad" de una forma "alternativa" y alejada de los estereotipos, que está recibiendo el reconocimiento internacional.

El cine argentino se consagró como uno de los "fuertes" del festival el año pasado con "El otro", de Ariel Rotter, que perpetuó la racha de cine argentino joven, de autor y con un lenguaje propio.

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