Este artículo se publicó hace 14 años.
La Armada chilena dice que falló en la alerta por tsunami
La Armada de Chile admitió el miércoles que falló a la hora de advertir claramente sobre el devastador tsunami que barrió las costas chilenas tras uno de los seísmos más potentes de la historia, mientras los equipos de rescate trabajaban en las ciudades y pueblos asolados por la catástrofe.
El seísmo de magnitud 8,8 y los tsunamis dejaron casi 800 muertos, buena parte tragados por olas gigantes. Ahora, los dardos apuntan al papel de la Armada.
"Fuimos poco claros en la información que le entregamos, no fuimos suficientemente precisos para decirle a la presidenta (Michelle Bachelet) se mantiene o se cancela (la alerta). Hubo titubeo por parte nuestra", dijo el comandante en jefe de la Armada, almirante Edmundo González, al canal TVN.
Según un documento obtenido por el diario El Mercurio, la fuerza del seísmo no disparó de inmediato la alarma temprana contra tsunamis, porque la Armada creyó que el epicentro era en tierra y por lo tanto no había riesgos.
Luego, al constatarse que era en realidad un maremoto, fue declarada la alerta que sin embargo fue levantada cuando todavía olas gigantes se dirigían hacia la costa.
El mea culpa de la Armada parece haber llegado tarde.
"No se supo nada, solamente por la gente que vio que la mar se estaba recogiendo (...) arrancamos por cuenta propia hacia el cerro", dijo Isaac Lagos, padre de tres hijos y superviviente de la caleta Coliumo, arrasada por el maremoto.
Tras el seísmo, olas de hasta 15 metros arrasaron pueblos costeros, islas y puertos, dejando un número indeterminado de desaparecidos. En algunas zonas, el agua penetró más de 2 kilómetros tierra adentro, causando la muerte a cientos de personas.
En el Gobierno de Bachelet, que finaliza su mandato en un semana, dicen que ya vendrá el momento de la "caza de brujas", pero ahora están centrados en la búsqueda de supervivientes y en llegar con la ayuda a los lugares más afectados.
Bachelet trató de calmar el miércoles a la población y aseguró que no hay desabastecimiento, ya que "hay suficientes alimentos, por lo tanto hay que tener tranquilidad (...) hay suficiente combustible".
El desastre golpeó a Chile, principal productor de cobre del mundo y la economía más estable de América Latina, cuando trataba de recuperarse de una recesión causada por la crisis financiera global.
Especialistas en desastres han calculado los daños al menos en unos 30.000 millones de dólares.
El ministro de Hacienda del próximo Gobierno, Felipe Larraín, dijo el miércoles a Reuters que no podía comentar si las opciones para ayudar a la recuperación incluirían emisión de bonos o usar recursos del cobre.
Los turistas anclados en Chile tras el seísmo se dirigieron el miércoles al aeropuerto de Santiago, también dañado por el seísmo. Pero sólo unos pocos vuelos despegaban.
SAQUEOS BAJO CONTROL
La policía y soldados lograron después de dos días contener los saqueos y la violencia que sumió en el caos a la golpeada ciudad de Concepción, 115 kilómetros al sudeste del epicentro.
Un toque de queda de 18 horas seguía vigente en la localidad, una de las varias ciudades y pueblos donde unos 14.000 soldados patrullan las calles para mantener el orden y asegurar la distribución apropiada de agua y alimentos.
"Estamos más tranquilos hoy, porque vemos a los militares y también hemos visto pasar algunos camiones con alimentos para un supermercado, parece que ya pasó lo peor", dijo Patricia Recabarren, un ama de casa de 44 años.
Un periodista de Reuters dijo que en varios barrios de Concepción la gente ha comenzado a limpiar sus casas y sacar los escombros, en un intento por volver a la normalidad.
Cuatro días después del terremoto, equipos de rescate con perros reforzaron la búsqueda en Concepción y otras localidades como Constitución, intentando localizar supervivientes atrapados bajo los escombros y también recuperar cuerpos.
Constitución, la ciudad hasta ahora más azotada por tres tsunamis con olas de 10 metros, concentra casi la mitad de la cifra oficial de fallecidos.
Algunos informes indican que allí los desaparecidos llegarían hasta 500, disparando el total de muertos.
PERROS BUSCAN SUPERVIVIENTES
Un vez controlados los saqueos, las autoridades pudieron concentrarse el miércoles en la búsqueda de muertos y enviaron equipos de rescate con perros rastreadores.
Bachelet ha reconocido que los esfuerzos de rescate han sido lentos, en parte debido a las rutas cortadas, puentes caídos e interrupciones de energía.
En Concepción, cientos de personas hacían fila en las calles para recibir comida enviada por el Gobierno. La idea de que el Gobierno estaba llegando finalmente al rescate fue reforzada por la recuperación de parte del suministro eléctrico en zonas de la ciudad.
El Gobierno ha sido criticado por la lentitud de su respuesta y por calcular mal los daños y no aceptar inmediatamente ofertas internacionales de ayuda.
Durante una breve visita a Chile, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, entregó el martes 25 teléfonos satélites para ayudar a las tareas de asistencia y prometió más ayuda. Bachelet también hizo un llamamiento a otros países, pidiendo plantas de desalinización y generadores de energía.
El desastre representa un enorme desafío para el empresario Sebastián Piñera, que asumirá la presidencia de Chile el 11 de marzo.
Piñera hizo campaña ofreciendo aumentar el crecimiento económico a un promedio de un 6 por ciento anual y crear millones de nuevos empleos.
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