Este artículo se publicó hace 12 años.
Arqueólogos descubren en Rusia trampas de pesca con más de 7.500 años
Un equipo internacional de arqueólogos ha encontrado cerca de Moscú cercos y trampas de pesca con más de 7.500 años de antigüedad y de una gran complejidad técnica, cuyo estudio permitirá conocer el papel de la pesca entre los europeos de hace más de 10.000 años.
Según ha informado hoy el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, cuyos científicos han liderado el equipo responsable de los hallazgos, éstos se han producido en la cuenca del río Dubná, cerca de Moscú, una zona donde los habitantes mantenían campamentos estables todo el año en el Mesolítico y el Neolítico.
Un equipo internacional de arqueólogos liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha documentado cerca de Moscú una serie de cercos y trampas de pesca de más de 7.500 años de antigüedad.
Los aparejos que se han encontrado son de los más antiguos de Europa, y su estudio permitirá conocer claves sobre el papel de la pesca en las poblaciones europeas de inicios del Holoceno (hace 10.000 años), especialmente en aquellas zonas cuyos habitantes no practicaron la agricultura hasta casi la edad del hierro.
"Hasta ahora se pensaba que los grupos mesolíticos no tenían campamentos estables, sino que eran estacionales. Según los resultados obtenidos durante las excavaciones, tanto en el Mesolítico como en el Neolítico, el grupo humano que habitó la cuenca del río Dubná, cerca de Moscú, realizaba actividades productivas a lo largo de todo el año".
La explicación es del investigador del CSIC Ignacio Clemente, de la Institución Milà y Fontanals y director del proyecto.
Según Clemente y su equipo, durante el Neolítico y el Mesolítico, los habitantes de esta región, denominada como Zamostje 2, cazaban preferentemente en verano e invierno, pescaban en primavera e inicios de verano, y recolectaban frutos silvestres a finales de la época estival y en otoño.
"Pensamos que la pesca jugó un papel fundamental en la economía de estas sociedades por ser un producto predecible, fácil de conservar, secado y ahumado, y de almacenar para un posterior consumo", ha apuntado Clemente en una nota de prensa.
Durante este proyecto, que acaba de finalizar después de tres años de trabajos, se han encontrado objetos cotidianos (cucharas, platos, etc), instrumentos de trabajo, armas de caza y aperos de pesca, todos ellos manufacturados con sílex y otras rocas, huesos y astas.
"Los útiles de pesca documentados muestran una tecnología muy desarrollada y dirigida para la práctica de diversas técnicas pesqueras. Podemos destacar el hallazgo de dos grandes nasas (especie de cesta entretejida con varillas de pino empleada para pescar) de madera muy bien conservadas, de hace 7.500 años.
Se trata de una de las dataciones más antiguas en este territorio y también de las mejor conservadas, ya que aún mantienen algunos cordajes de unión manufacturados con fibras vegetales", ha precisado el investigador del CSIC.
Además, los investigadores han recuperado objetos relacionado con la captura y el procesado del pescado, como anzuelos, arpones, pesas, boyas, agujas para la elaboración y reparación de redes, así como cuchillos de costilla de alce para descamar y limpiar el pescado.
Una de las peculiaridades del yacimiento de Zamostje 2 es la conservación de numerosos materiales orgánicos, como maderas, huesos, hojas de árboles, excrementos fósiles, y restos de pescado.
Según Clemente, "resulta muy raro encontrar yacimientos donde se conserven tantos materiales orgánicos. Los restos ictiológicos que hemos encontrado nos dan una idea del porcentaje proteínico que el pescado aportaba a la dieta de la población prehistórica; además, nos permitirán hacer un análisis desde el punto de vista de la clasificación de especies, cantidad y tamaño de las capturas y época de pesca, entre otros".
El yacimiento arqueológico fue descubierto en los años 80 durante las obras para construir el canal por el que actualmente fluyen las aguas del río Dubná, de la cuenca Oka-Volga.
Zamostje 2 presenta cuatro niveles arqueológicos: dos del Mesolítico (entre hace 7.900 y 7.100 años) y dos del Neolítico (entre hace 6.800 y 5.500 años).
En el proyecto, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, han participado también el Instituto de Historia de la Cultura Material-Academia de Ciencias de Rusia, el Museo Estatal del Hermitage de San Petersburgo, el Museo Estatal de Sergiev Posad, la Universidad Autónoma de Barcelona y el Centre National de la Recherche Scientifique de Francia.
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