Un tribunal de Copenhague abrió hoy el juicio contra el ex director de Greenpeace España, Juan López de Uralde, y otros tres miembros de este colectivo ecologista por irrumpir en un acto oficial en la cumbre climática mundial en 2009.

Los cuatro activistas se enfrentan a penas de cárcel de hasta cuatro años y medio y multas de una cuantía indeterminada por los delitos de allanamiento de morada, falsificación documental, ofensa a la familia real y suplantación de autoridad pública.

López de Uralde y sus acompañantes burlaron la seguridad de la cena de gala de la cumbre, a la que asistían un centenar de jefes de Estado, haciéndose pasar por el "Jefe de Estado de la Madre Tierra" y sus acompañantes.

Nada más entrar en la recepción oficial, Uralde y sus compañeros desplegaron una pancarta delante de las cámaras de la televisión pública danesa DR en la que se podía leer "Los políticos hablan, los líderes actúan", reclamando un acuerdo mundial en el marco de la cumbre.

López de Uralde, que abandonó su cargo en Greenpeace el pasado agosto tras una década para liderar el proyecto político ecologista Equo, permaneció en prisión preventiva durante 20 días y fue puesto luego en libertad con cargos, al igual que sus compañeros.

Los acusados, en total once personas, y la sección nórdica de Greenpeace se arriesgan a duras penas.

Por el cargo de allanamiento, la pena puede suponer seis meses de cárcel; por la falsificación de documento público, la pena máxima es de dos años; y la suplantación implica una multa cuya cuantía está por determinar.

La Fiscalía ha añadido un cargo adicional, el haber cometido una ofensa contra la reina Margarita II, anfitriona de la gala, lo que podría duplicar la pena de allanamiento de morada.

El tribunal sólo ha fijado dos vistas, la de hoy y otra el 19 de agosto, en la que previsiblemente se dictará sentencia.