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Art Basel abre en un ambiente marcado por el optimismo pese a la crisis

EFE

Art Basel abrió hoy sus puertas para los clientes privilegiados y la prensa invitada, en un ambiente en el que se respiraba optimismo ante lo que parece ser un hecho: la crisis mundial ha cambiado el mercado del arte, pero en el fondo no lo ha debilitado.

Esta feria inaugura oficialmente mañana su 40 edición, consolidada como la plataforma más importante del arte moderno y contemporáneo, y en la que -pese a las profundas dificultades económicas- más de un millar de galerías han intentado obtener un preciado lugar, que se cotiza a elevadas tarifas el metro cuadrado.

El comité de selección escogió sólo 300 galerías entre 1.100 candidaturas, lo que permitirá a los visitantes capaces de hacer el recorrido completo de esta gigantesca exposición apreciar las obras de más de 2.500 artistas de todo el mundo.

Las galerías de Estados Unidos son nuevamente las que cuentan con más presencia, con un total de 75, pese al duro golpe que están sufriendo en sus actividades y a la brusca reducción de sus ventas.

Aunque las cifras se mantienen en reserva, se calcula, por ejemplo, que las galerías de Nueva York registran una disminución de entre el 30 y el 40 por ciento en sus ingresos con respecto a un año atrás, lo que ha provocado una ola de despidos, así como la reducción y hasta el cierre de actividades en algunos casos.

Siguen por número de asistencia las galerías alemanas, con 56; las de Suiza, con 33, y las del Reino Unido, con 28, una selección que pone de relieve la tendencia occidental del arte expuesto.

De España están presentes nueve galerías (Juana de Aizpuru, Elba Benítez, Pepe Cobo, Helga De Alvear, Elvira González, Polígrafa, Joan Prats, Soledad Lorenzo y ProjecteSD), Brasil está representada por cuatro, México por dos y Argentina por una.

De este modo, Art Basel se ha colocado por encima de la crisis que ya aqueja a otros sectores del arte, particularmente el relacionado con las subastas.

Sus organizadores confían en que, como en años anteriores, unas 60.000 personas visitarán la feria, pagando 25 euros por la entrada para un día y 60 euros por los cinco días que durará el evento (hasta el próximo domingo).

En cierto sentido, en Art Basel todo seguiría su rumbo si no fuera porque el mundo no es el mismo que le permitió crecer hasta niveles inesperados y convertirse en la meca del arte, pues aún quienes llegan a esta edición dispuestos a firmar abultados cheques se lo pensarán varias veces antes de hacerlo.

Hace exactamente un año, en la anterior edición de la feria, se acaba de empezar a hablar de crisis financiera y nadie imaginaba lo profunda que ésta resultaría.

Por ello, hace doce meses el dinero seguía fluyendo a borbotones y ciertas obras alcanzaron precios exorbitantes.

Hoy, la situación es muy distinta y la prudencia está en la mirada de todos.

En opinión de Marc Spiegler, codirector de Art Basel, esta feria resulta "aún más importante" en estos tiempos de crisis ya que "los galeristas cuentan con nosotros, en nuestra capacidad de crear el ambiente adecuado para los coleccionistas y de ser una plataforma para sus artistas".

En un breve encuentro con periodistas esta mañana, Spiegler reconoció que "ha quedado demostrado que especular con el arte es muy arriesgado".

Explicó que esto queda corroborado por el hecho de que los objetos de arte "que más valor han adquirido son los que fueron comprados con una idea muy personal de lo que realmente gustaba y amaba su comprador".

"La burbuja (especulativa) ha explotado", aseveró el codirector, quien señaló que gracias a esto los verdaderos coleccionistas han regresado al mercado.

La pregunta en la que coinciden los expertos del arte es cuál es el trasfondo de la fortaleza de Art Basel, a lo que Spiegler contestó: "Creo que, por un lado, se debe a la mezcla de arte histórico y contemporáneo que proponemos".

"Por otro lado, somos eficaces y ponemos a nuestros clientes en primer lugar", concluyó.

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