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Algunos artistas de Haití pintan ahora escenas del terremoto

Reuters

Antes del terremoto que hizo temblar Haití el 12 de enero, el pintor Louis Saurel representaba las coloridas escenas de la vida rural que muchos turistas eligen como recuerdos tras su visita al pobre país caribeño.

Ahora, aplica su talento artístico para capturar los horrores que produjo el seísmo, cuando el desastre natural más letal de la historia de Haití puso su vida patas arriba, junto a la de cientos de miles de sus compatriotas.

En una carpa improvisada donde ha vivido con su esposa y sus cinco hijos desde que su casa quedó reducida a escombros, Saurel, de 35 años, ha comenzado a pintar escenas de la devastación en la capital de Haití, Puerto Príncipe.

Usando los mismos colores encendidos y las representaciones estilizadas que han hecho famoso al arte haitiano, Saurel y sus colegas pintores de la plaza St. Pierre, en el distrito Petionville de la capital, pintan sobre el lienzo los edificios agrietados, los escombros amontonados y las víctimas horrorizadas del terremoto.

"Es una experiencia dolorosa, pero nosotros los artistas somos los testigos, pintamos el pasado, el presente y el futuro", afirmó a Reuters frente a su tienda, parte de un caótico y extenso campamento de supervivientes que cubre St. Pierre y decenas de otros espacios abiertos de la ciudad.

"Los niños que ahora sólo tienen unos pocos meses, podrán ver qué ocurrió por medio de nuestras pinturas cuando crezcan y tengan 10 años", expresó.

El terremoto ha causado la muerte de más de 200.000 personas y ha dejado a más de un millón sin hogar, por lo que algunas personas piensan que pintar escenas del seísmo es insensible e incluso cruel.

No es el caso de Napoleón Chery, de 52 años, otro de los pintores en la plaza St. Pierre.

"Esto es parte de la historia de nuestra nación y tenemos que contar con una producción artística que lo refleje", dijo.

Además, admite que se está produciendo un alejamiento de los temas tradicionales que los pintores de la plaza eligen para sus lienzos, que usualmente representan paisajes rurales o urbanos en vivos colores, escenas en el mercado que recuerdan el legado africano de Haití o símbolos usados por los habitantes indígenas de la isla La Española.

BUSCANDO PINTURA

En otra representación de las secuelas del terremoto realizada por otro artista, Elysee Francisco, se ve cómo una mujer delgadísima se lleva las manos a la cabeza por el horror que le produce contemplar los muertos y heridos que yacen entre los escombros y postes telegráficos derrumbados.

En su tienda, junto a marcos de madera y tarros de pintura, Saurel está empezando otra obra, una representación de la deshecha Catedral Nacional y otros monumentos del centro de Puerto Príncipe. Ya ha realizado un boceto en blanco y negro donde se vislumbran las irregulares fisuras que desgarraron los edificios por el terremoto de magnitud siete en la escala de Richter.

"Acabo de empezar, añadiré los colores, las figuras y las montañas en el fondo", dijo, refiriéndose a las montañas que rodean la ciudad.

Apoyado sobre su moto está el último tarro de pintura que ha conseguido.

"Ahora es difícil encontrar pintura, porque muchos comercios están destruidos, y las galerías de arte también", indicó Saurel.

Mediante su maltrecho teléfono, que tiene la pantalla rota, recoge imágenes de la devastación en Puerto Príncipe, usándolas como material para su obra.

"Con esto me gano la vida", dijo Saurel, agregando que pinta desde hace 13 años. Señala que las ventas iban lentas antes del seísmo, pero que han aumentado desde que los ejércitos de trabajadores de ayuda, médicos y soldados extranjeros comenzaron a llegar a Puerto Príncipe.

Esta semana, los miembros de la Asociación Nacional de Artistas Haitianos realizaron una marcha, cantando canciones y portando velas encendidas, para rendir homenaje a los colegas artistas muertos en el terremoto.

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