Este artículo se publicó hace 11 años.
El asalto de Argelia a la planta de gas secuestrada deja 30 rehenes muertos
Siete de ellos serían extranjeros. En el operativo militar lanzado para liberar las instalaciones habrían muerto además 11 yihadistas, incluido el jefe del comando
El Ejército de Argelia ha decidido asaltar la planta de gas que ayer fue tomada por un grupo de islamistas para poner fin al secuestro de los trabajadores, decenas de ellos occidentales. Como consecuencia de la operación militar han muerto 30 rehenes, siete de ellos extranjeros, entre los que habría dos japoneses, dos británicos y un francés, según fuentes de seguridad argelinas citadas por Reuters.
De acuerdo a estas informaciones, 11 yihadistas habrían muerto también en el asalto, incluido el jefe del comando, el argelino Tahar Ben Cheneb. El resto de salafistas fallecidos serían tres egipcios, dos libios, dos tunecinos, otro argelino, un francés y un malí. Las fuentes no dicen nada sobre los secuestrados que podrían haber escapado y si la planta ha sido liberada. Son cifras que aún no han sido confirmadas ya que, en su única declaración oficial, las autoridades argelinas se han limitado a reconocer que los bombardeos de su Ejército a las instalaciones, que han durado varias horas, habían dejado "varios muertos y heridos".
El baile de cifras ha sido continuo durante la jornada. En un primer momento, la agencia mauritana ANI, que citaba a uno de los captores, habló de 34 rehenes y 15 secuestradores muertos. El portavoz del grupo islamista radical aseguró además que quedaban siete rehenes vivos (dos estadounidenses, tres belgas, un japonés y un británico).
Las autoridades argelinas no han confirmado ninguna cifra de víctimas
Sin embargo, Reuters, citando a una fuente sobre el terreno, disminuyó la cifra por la tarde y dijo que habría seis rehenes extranjeros y ocho secuestradores muertos. Asimismo, la agencia aseguró que 25 de los secuestrados habrían podido escapar junto a 180 trabajadores argelinos. Algo que contrasta con la información que ofreció la agencia argelina de noticias APS que dijo, citando a fuentes locales, que el Ejército habría conseguido liberar a 600 rehenes argelinos y cuatro extranjeros (dos escoceses, un keniano y un francés).
Unos cuarenta ciudadanos extranjeros de distintas nacionalidades fueron secuestrados ayer junto a varios cientos de trabajadores argelinos en unas instalaciones gasísticas operadas por Sonatrach, British Petroleum (BP) y Statoil para exigir el fin de la campaña francesa en Malí, donde el país galo ha desplegado a 1.400 soldados para combatir a los islamistas radicales. La planta está situada en la región de Tinguenturin, a 40 kilómetros de la ciudad de In Amenas, en la provincia suroriental de Ilizi, fronteriza con Libia.
El grupo que se hizo con la planta había amenazado a primera hora con ejecutar a "todos los rehenes" en caso de que el Ejército argelino lanzara una operación de rescate y exigía a las autoridades una salida segura junto a los prisioneros. Uno de los secuestradores, identificado como Abu al Bara, precisó a Al Yazira que los secuestradores piden un intercambio de presos por los rehenes y señaló que su actuación es "un mensaje político para Argelia sobre su postura hacia los muyahidines (guerreros santos), que es también un mensaje a países cercanos". Según su relato, la aviación argelina bombardeó el complejo gasístico cuando los secuestradores trataban de transportar a un lugar más seguro a parte de los rehenes.
Los yihadistas amenazaron con ejecutar a todas los rehenes
Los gobiernos de varios países han estado manteniendo reuniones de urgencia para responder a una de las mayores crisis en un secuestro internacional en décadas. El primer ministro de Reino Unido, David Cameron, se ha quejado de que su Ejecutivo no fue informado "con antelación" de la decisión de Argelia. El premier británico ha cancelado su esperado discurso sobre la continuidad en la UE ante la expectativa de recibir "malas noticias.
La Casa Blanca ha expresado su preocupación por los acontecimientos y ha pedido "aclaraciones" al Gobierno argelino. Victoria Nuland, la portavoz del departamento de Estado, ha anunciado que Hillary Clinton ha dado la orden de revisar las condiciones de seguridad de los ciudadanos estadounidenses que residen o trabajan en la zona del Magreb y el norte de África.
En tanto, el presidente francés, François Hollande, en una breve comparecencia desde el Paladio del Elíseo, ha declarado que "el asunto parece que se está resolviendo en condiciones dramáticas". Para el mandatario galo, el ataque yihadista a la planta "justifica más la decisión de ir en ayuda de Malí. Se trata de parar una agresión terrorista e igualmente de permitir que los africanos se movilicen para restablecer la integridad territorial", señaló.
Para Hollande, el ataque a la planta "justifica más" la intervención de Francia en Malí
Según el ministro del Interior argelino, Daho Uld Kablia, los secuestradores procedían de Libia, desde donde les habría estado dirigiendo Mojtar Belmojtar, otrora uno de los principales dirigentes de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), pero que abandonó el grupo hace unos meses para liderar otra formación yihadista cercana a Al Qaeda. Al-Mouthalimin, tal y como se han autodenominado, reivindicaron la autoría del secuestro y subrayaron que tenían en su poder armas ligeras y pesadas, incluyendo morteros y cohetes antiaéreos, según han informado a ANI fuentes del grupo.
Los secuestradores anunciaron que tenían en su poder a 41 personas de distintas nacionalidades, entre ellos franceses, estadounidenses, británicos, japoneses, coreanos del sur, noruegos, colombianos, tailandeses, holandeses y rumanos. Según uno de los rehenes citado por la televisión francesa France 24, los extremistas obligaron a docenas de los retenidos a ponerse cinturones con explosivos, aunque la propia cadena reconoció que era imposible saber si la fuente hablaba bajo presión. En el asalto terrorista de ayer murió un ciudadano británico y otro argelino y seis personas resultaron heridas, dos de ellas extranjeras, que fueron ingresadas en el hospital de In Amenas.
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