Este artículo se publicó hace 17 años.
Ashfaq Kiyani, un general bien relacionado con EEUU
El nuevo jefe militar será clave en la supervivencia del presidente Musharraf
De hombre en la sombra a la cara pública de las Fuerzas Armadas en Pakistán. El ex director del poderoso servicio de inteligencia paquistaní, Ashfaq Kiyani, relevó ayer a Pervez Musharraf al frente de la institución más influyente en la política paquistaní. Leal a Musharraf durante años, su apoyo será clave para garantizar la continuidad del presidente al frente del país.
"Para entender el poder en Pakistán es importante entender el papel protagonista del Ejército. Son los reyes, ponen y deponen políticos, nadie tiene tanto poder como ellos", declaró en una entrevista la directora del Instituto de Estudios Estratégicos de Pakistán, Shireen Mazari. "Los dirigentes militares no apoyarían ahora a Kiyani en un golpe de Estado contra Musharraf, pero podrían hacerlo en un futuro. Y Kiyani es muy paciente".
El nuevo jefe del Ejército nació en 1952 en uno de los mayores clanes de la provincia de Punjab, célebre por ser una cantera militar desde tiempos del Imperio Británico.
Comparte con la ex colonia su conocida pasión por el golf. Ávido jugador desde hace años, es además presidente de la Asociación de Golf de Pakistán.
En las Fuerzas Armadas desde su mayoría de edad, Kiyani recibió formación militar en EEUU e Islamabad. Dio el salto a la política por primera vez de la mano de la ex primera ministra Benazir Bhutto en 1988, cuando se convirtió en vicesecretario militar.
Apoyo de Bhutto
La dirigente del Partido Político de Pakistán (PPP) expresó ayer su satisfacción por la elección y señaló que "será un buen líder". Bhutto celebró el fin del bicefalismo de Musharraf, como presidente y jefe militar: "Es un buen momento para la historia de Pakistán. Nuestro Ejército dispondrá de un general a tiempo completo".
Kiyani se ganó la confianza de Musharraf en 2003, cuando el entonces jefe del Ejército le ascendió a comandante del Cuerpo de Élite de las Fuerzas Armadas, la unidad que protagonizó el golpe militar de Musharraf en 1999. Ese mismo año Kiyani supervisó la investigación de dos intentos de asesinato del presidente.
Tras el arresto de los cerebros de la operación, Musharraf le recompensó con la dirección de los servicios secretos, donde mantuvo un perfil bajo hasta su reciente ascenso a la subjefatura del Ejército en octubre. Musharraf iniciaba entonces su estudiado plan de sucesión para acallar las críticas de sus oponentes.
El nombramiento de Kiyani cuenta también con la complacencia de Washington. El vicesecretario de Estado estadounidense, John Negroponte, se reunió con él el pasado fin de semana en Islamabad. Durante el encuentro, Negroponte expresó su confianza en que el Ejército paquistaní mantenga su alianza con EEUU en la lucha contra el terrorismo global.
Kiyani recibe el mando de una de las Fuerzas Armadas más fuertes de Asia. Pero deberá restaurar su imagen ante la opinión pública paquistaní por las humillantes derrotas sufridas desde el verano en las áreas tribales fronterizas con Afganistán y la impopular intervención de EEUU en su estrategia militar.
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