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Atenas vuelve a paralizarse contra las imposiciones de la troika

Cerca de 100.000 personas se concentraron en la Plaza Syntagma convocados por los dos sindicatos mayoritarios en lo que es la primera huelga general contra el Gobierno de Samaras

PÚBLICO/AGENCIAS

Cerca de 100.000 personas marcharon por las calles de Atenas y se concentraron en la Plaza Syntagma en la primera huelga general del nuevo Gobierno del conservador Andonis Samaras. El paro, convocado hace dos semanas por los sindicatos mayoritarios tras el anuncio de que los nuevos recortes para satisfacer a la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) golpearán a los pensionistas y a los trabajadores del sector público, ha tenido un fuerte respaldo.

Antes de las marchas, los barcos permanecían amarrados, los museos y monumentos cerrados a los visitantes y los controladores aéreos salían del trabajo para un paro de tres horas.  'Las nuevas medidas son insoportables, injustas y sólo empeoran la crisis. Estamos decididos a luchar hasta que ganemos', dijo Costas Tsikrikas, jefe del sindicato del sector público ADEDY. 'Pedimos a todos los trabajadores que se unan a la marcha contra las políticas que la troika está imponiendo'.

'Esta huelga es sólo el comienzo de nuestra lucha', dijo la portavoz de ADEDY, Despoina Spanou. El Gobierno desplegó cerca de 3.000 policías por Atenas, el doble de lo normal. Esto no ha evitado que se hayan vivido episodios de violencia. Un grupo de personas se enfrentaron con las fuerzas del orden con cócteles molotov y la Policía se empleó con dureza para reprimir los disturbios.

La huelga coincide con el visto bueno de Samaras al nuevo plan de recortes de 11.600 millones que debía cumplir Grecia como parte del acuerdo para que se desbloquearan fondos del segundo rescate. Finalmente, ese recorte será de 2.000 millones más, ya que el Gobierno ha introducido un apartado especial de nuevos impuestos y medidas contra el fraude. Entre los planes de Samaras está retrasar la jubilación de los 65 a los 67 años, recortar las pensiones y los sueldos de los funcionarios, además de nuevos despidos en el sectro público. 

El líder de Syriza, Alexis Tsipras, participó en la concentración frente al Parlamento y en un mitin reivindicó que ha llegado el momento de que el pueblo hable. Tsipras acusó al Gobierno de ser incapaz de defender los derechos de los ciudadanos y de tolerar una serie de 'medidas bárbaras' que están llevando a la sociedad a un 'holocausto'. 'Grecia no puede ser convertida en un cementerio social', dijo.

Una encuesta de la agencia MRB la semana pasada mostró que más del 90%de los griegos piensan que los recortes son injustos y agobian a los pobres, y la gran mayoría espera más medidas de austeridad para los próximos años.

Con Grecia en su quinto año de recesión y sin ver luz al final del túnel de la austeridad, los analistas dicen que la paciencia de los griegos se está acabando y una reacción pública violenta podría destrozar a la débil coalición liderada por los conservadores. 'Lo que la gente quiere decirle a Samaras es que están heridos y Samaras podría usar esto para demandar concesiones de la troika', dijo el director de la encuestadora MRB, Dimitris Mavros. 'La gente está deseando dar tiempo al Gobierno, pero bajo ciertas condiciones como combatir la evasión de impuestos y asegurar la ampliación del crédito. Si el Gobierno tiene éxito con eso, su vida también se extenderá'.

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