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"Algunas autonomías apuestan demasiado por la escuela concertada"

Ministro de Educación. El ex rector tiene por delante el reto de la formación en una sociedad con casi cuatro millones de parados

DIEGO BARCALA

El examen a su gestión a cargo del Ministerio de Educación le llega antes de que cumpla los 100 primeros días. Lleva 70 y antes de un mes tendrá que poner en marcha reformas profundas en casi todas las enseñanzas de cara al curso que viene. Ángel Gabilondo (San Sebastián, 1949) afronta el reto con la misma reflexión reivindicativa de su pasado académico como presidente de los rectores. 'Yo no he cambiado el discurso. Sigo pensando que las convicciones se expresan en los presupuestos', mantiene. Todavía parece incómodo en su papel de político y cuando rebate a la oposición del PP siempre alude a 'algunos conservadores'.

¿Se notará en los presupuestos de educación el compromiso del Gobierno por cambiar el modelo productivo?

Espero que sí. El modelo económico se nos ha revelado injusto. Se podrá discutir si es eficaz o no. Pero desde nuestra convicción social de compromiso político, este modelo no satisface las demandas de justicia en las que creemos. Sé que son malos tiempos en los presupuestos pero creo que invertir en educación es hacerlo en empleabilidad.

¿Esos tiempos duros podrían motivar un cambio en la convicción pública de la educación?

Público significa de toda la sociedad. El esfuerzo debe ser de toda la sociedad. Hay que generar una cultura de que los que más tienen o pueden deben trabajar más para lo que es de todos. Alguno pensara que soy un ingenuo, pero fijémonos en el modelo universitario inglés. Todas sus universidades son públicas menos una que hizo Margareth Thatcher y que no tuvo mucho éxito. Allí es natural que toda la sociedad contribuya con lo que es de todos. Aquí, aparecen siempre las prevenciones.

Para pedir el esfuerzo de las empresas tendrá que liderar el Gobierno esa inversión.

Estamos haciendo un estudio de financiación unversitaria que presentaremos a final de año. Queremos un modelo integral que coordine los llevados a cabo por las comunidades autónomas. Y eso depende también de la financiación autonómica.

¿Ese modelo público se sostiene con un derroche como el que existe por el fracaso escolar universitario? ¿Plantearán que los alumnos que suspenden paguen más?

Lo público no es gratis. Las matrículas las pagamos todos. El estudiante paga alrededor de un 15%. Los ciudadanos tienen derecho a pedir rendición de cuentas. Hay algunos que tienen como pedigrí que su carrera no se acabe en los años justos. Y eso no tienen ningún pedigrí ni refleja calidad. No se ha hablado todavía de medidas concretas como la de pagar por doble matrícula.

Algunos Gobiernos autonómicos como el de Madrid o el del País valenciano tienen a la comunidad educativa de uñas. ¿Ha encontrado la misma sensibilidad por lo público en todas?

La educación es un bien público. Estoy alejado de modelos que no parecen primar esta dimensión. Habría que analizar cada caso concreto pero las protestas que veo más cerca (señala al edificio de la calle de Alcalá de la consejería de Educación de Madrid) están motivadas por modelos que no parece que vayan en el sentido de vertebrar a la sociedad a través de lo público sino más bien a hacer gestos para incentivar la educación concertada.

¿Hasta dónde debe llegar la escuela concertada?

Hay que garantizar a los ciudadanos una enseñanza pública de calidad. Si para ello hay que buscar subsidiariamente conciertos concretos para aquellos lugares donde no llega la pública no pasa nada, es el modelo español. Pero yo soy partidario de crear primero el colegio público y luego el concertado. Ese sistema es el que estabiliza a todos los ciudadanos.

En la Comunidad de Madrid se ha concertado un colegio a una empresa que separa a los alumnos por sexos. ¿Debe el Gobierno actuar en estos casos?

Lo primero que debe tener un concierto es que garantice que se hace mediante concierto público. El debate sobre la separación de los niños es muy profundo pero se han mezclado conceptos científico técnicos en los que algunos llegan a argumentar que hay ventajas con esta separación. En mi opinión, no hay opciones científicas que justifiquen ese modelo. Creo en la educación intercultural, diversa e inclusiva en convivencia con la diferencia porque es la que mejor prepara para una sociedad que es así.

¿Incumplen entonces estos conciertos la LOE (Ley Orgánica de Educación)?

Una cosas son mis valores, convicciones y principios pero hay otros que definen las competencias. En la marco de la LOE las CCAA toman las decisiones. Si en un convenio se incluyen cosas que no son legales se deben denunciar.

Las CCAA se tienen que coordinar también para implantar las nuevas teconologías. ¿Están todas por la labor?

El acuerdo es que el Gobierno paga el 50% y las CCAA la otra mitad siempre que se cumpla con la promesa del presidente del Gobierno. Lo que ocurre es que algunas ya tenían planes en marcha y nos parecía inapropiado hacer una operación de desembarco de ordenadores. No se trata de eso sino de distribuir una nueva cultura de aprendizaje.

Hay CCAA que quieren cobrar a las familias por el uso del ordenador o de Internet en casa.

No sé explícitamente las posibilidades que baraja cada una. El Ministerio abona el 50% a condición de que se gestione bien y se cumpla con la promesa del presidente.

¿Qué parte de la promesa?

Que se inicie en el curso que viene. Es decir, en septiembre, y se implante a lo largo del curso.

Los ordenadores, la nueva FP, el master para parados, el nuevo bachillerato... ¿Podrá la burocracia de la administración aplicar todo en el próximo curso?

Trabajamos precisamente para que no haya esa burocracia administrativa. Se trata de ser prácticos y rendir cuentas. Por ejemplo, vamos a crear un modelo único para que todas las universidades tengan el mismo convenio para ofrecer un master a los titulados en paro.

¿A cuántos parados puede beneficiar el máster?

No los sabemos por el momento. Hay que esperar la solicitud de plazas y ver cuánto dan de si los 70 millones de euros que prometió el presidente porque no todos los títulos valen los mismo. Pero es de suponer que si hay 400.000 potenciales parados interesados, por lo menos 30.000 optarán por la ayuda.

¿Los parados que hagan un máster dejarán de engrosar la lista de parados y por tanto de cobrar el subsidio?

No, la idea es que mantenga el paro. No es una mera operación de marketing para rebajar las cifras del paro.

El nivel de formación de los parados es muy bajo. ¿Es la crisis una oportunidad?

No seré yo el que critique a las personas que están en paro, para mí son víctimas, pero es cierto que hay muchos que deambulan sin saber qué hacer. Y en la universidad empieza a verse a gente de ciertas edades que aprovecha el momento.

La escasa formación de los parados es un desencadenante de el escaso éxito de la Formación Profesional (FP) y el decreto que debe reformarla lleva parado seis meses. ¿Cuándo se aprobará?

Esperemos que no se demore mucho y se apruebe antes de verano. Se trata de acreditar la actividad profesional para poder llegar a algún título. De momento, está en el Consejo de Estado. Nos gustaría que fuese enfocado hacia aspectos concretos demandados por la sociedad. Me refiero a los empleos de la Ley de Dependencia y la educación infantil.

Los sindicatos critican la escasa flexibilidad de los títulos de FP.

Nosotros no queremos engrosar la lista de parados con gente preparada sin empleo. Hay que formar a la gente para actividades que tengan demanda social.

El proceso de Bolonia esperaba ese enfoque para la oferta de títulos universitarios pero al final han resultado ser similares a los que había.

La primera fase es de reescritura de los títulos históricos de la universidad como Matemáticas, Derecho o Filosofía. Muchos centros han esperado a un segundo momento para innovar.

¿La innovación de los títulos perjudica las homologaciones?

No porque ahora se hacen a través de ramas. Antes mirábamos asignatura por asignatura pero hay confianza entre las instituciones. Los títulos añadirán detrás las materias cursadas para que cada alumno tenga un perfil determinado.

Ahora que cristaliza Bolonia no aparecen grandes protestas.

Algunos pretenden que Bolonia sea la uniformidad de Europa y no se trata de eso. Es la compatibilidad y la comparabilidad de títulos, pero no queremos una Europa uniforme. Respecto a las protestas desconfío de los fundamentalistas a favor como los en contra del proceso.

Un ejemplo: Hay 19 títulos ofertados en Madrid sólo de publicidad. ¿Bolonia pretende eso?

Se trata de que las universidades compitan entre ellas. El paso del tiempo determinará donde están todos esos títulos.

La principal asignatura pendiente es el abandono escolar. ¿Cómo se conseguirá hacer más atractiva la FP a los alumnos?

Hay que cambiar el concepto y el modelo de FP. En España hay demasiados estudiantes que después de la ESO van a la universidad cuando en el resto de Europa la mitad de los alumnos va a la FP. Necesitamos por eso un mayor reconocimiento social de la FP y más vinculación con la educación superior porque muchos alumnos vuelven de la universidad a la FP porque está más vinculado al empleo.

¿Podrán estos alumnos hacer prácticas en la UE?

Es necesario hacer una Erasmus de FP. Pero hay que decir una cosa, aquí todos somos muy elegantes y no hablamos de dinero pero cuando uno hace una reforma de calado cuesta mucho dinero a la sociedad y hay que ver de qué medios disponemos.

El plan contra el abandono incluye becas para los alumnos en riesgo de irse del sistema. ¿Cómo se mide el riesgo?

Es la beca de compensación. Se trata de apoyar un poco a aquellos alumnos que incluso han dejado la ESO y están en un programa de cualificación profesional para que al menos consigan obtener un título. Algunos lo critican y dicen que es un premio para los peores estudiantes. Es mentira. Es una beca que se paga de manera fraccionada y si no hay resultados no se obtiene. Desde el punto de vista conservador nos dicen que defendemos el coladero y no es verdad.

Después de saltar del mundo académico al político. ¿Cree que hay demasiada demagogia en el debate político educativo?

Creo que hay algunos que se apropian de algunas palabras como esfuerzo o autoridad. Siempre digo: que no nos roben las palabras. Cuando desde un discurso progresista se defiende la equidad resulta que es partidario del coladero y si uno tiene el mensaje conservador es de exigencia. Yo hablo de calidad y equidad para todos. Hay que generar igualdad de oportunidades para exigir talento o esfuerzo.

El PP suele aludir a la pérdida de autoridad en clase.

Soy partidario del esfuerzo. Sería un mal mensaje decir: usted aprenda y sea feliz. En la vida hay que luchar. La autoridad por la autoridad lleva al autoritarismo.

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