Este artículo se publicó hace 15 años.
Las aventuras de Tintín desatan la polémica
El ejemplar 'Tintín en el Congo' ha sido acusado de "racista", y la biblioteca de Brooklyn ya lo ha retirado de los anaqueles públicos
El ciudadano belga de origen congoleño que hace unos años consideró racista el cómic Tintín en el Congo ha decidido no desistir y seguir luchando por la retirada de la obra. Ya en su momento denunció a la sociedad Moulinsart, gestora de los derechos mundiales de la tira cómica de Hergé (1907 -1983), y ahora acudirá a la Justicia francesa.
Mbutu Mondondo Bienvenu, de 41 años, considera "racista y xenófoba" la actitud del joven reportero rubio en Tintín en el Congo (1931) y pidió su prohibición en agosto de 2007.
El abogado del denunciante, Claude Ndjakanyi, afirmó en declaraciones a Le Figaro que en Bruselas la instrucción dura ya dos años y ni siquiera han tenido acceso al sumario.
La razón de ese silencio es "política", pues con Tintín y su dibujante se ataca "el símbolo de Bélgica", estimó el letrado, cuyo cliente, dijo, está dispuesto a ir hasta el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos si es preciso.
¿Racismo o libertad de expresión?El relanzamiento de la acción judicial ha salido a la luz poco después de que la biblioteca municipal de Brooklyn (EEUU) haya retirado el ejemplar de los anaqueles públicos, junto a otras obras "ofensoras" como Mein Kamph de Hitler y Trópico de Capricornio de Henri Miller, lo que ha desatado la polémica en las calles de Nueva York. Ahora, los ciudadanos se debaten entre la aprobación de la medida y la acusación de censura.
"Es importante aclarar que no estamos censurando este libro", dijo Malika Granville, portavoz de la institución del barrio este de Nueva York. A su juicio, esta medida es una forma de proteger la obra para que pueda ser transmitida de generación en generación.
"Durante cierto tiempo, nuestra copia de Tintín en el Congo era la única disponible en una biblioteca pública en los cinco distritos de Nueva York. Por esa razón es apropiado tener un mayor nivel de protección", dijo Granville. "Nuestra misión como biblioteca es asegurar la preservación y la transmisión del conocimiento de la historia y la cultura de la sociedad".
Dos posturas enfrentadasLos detractores del joven reportero consideran que el episodio en el Congo contiene imágenes y diálogos que implican prejuicios racistas, donde los africanos son salvajes, parecen monos y hablan mal.
Al respecto, Moulinsart destacó la necesidad de juzgar una obra en su contexto, pues Tintín en el Congo fue escrito en 1931, en pleno período colonial.
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