Este artículo se publicó hace 15 años.
Una avergonzada Renault espera su castigo
El futuro de Renault en la Fórmula Uno se decidirá en París el lunes, cuando el organismo que rige el deporte decida sobre un controvertido amaño de una carrera que ha asombrado y avergonzado al deporte.
El fabricante francés ha dicho que no apelará los cargos de que el equipo ordenó al brasileño Nelson Piquet estrellarse en el Gran Premio de Singapur del año pasado para que su compañero de equipo, el español Fernando Alonso, pudiera ganar la carrera.
La escudería ex campeona podría ser excluida de forma permanente del deporte, pero parece más probable una multa y/o una suspensión, pese a las acusaciones sin precedentes planteadas contra ellos por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA).
Incluso eso podría ser demasiado para impedir que el fabricante francés, golpeado, como el resto de la industria, por una profunda caída en las ventas a causa de la recesión, siga los pasos de Honda y BMW y salga de un deporte que se recupera de un escándalo tras otro.
El jefe de equipo, Flavio Briatore, y el ingeniero jefe, Pat Symonds, han dejado ya la escudería, y no acudirán a la audiencia, mientras que a Piquet se le ha ofrecido inmunidad en la causa.
"Renault debe ir manos arriba, admitiendo su culpabilidad al haber afrontado el tema con la marcha de Briatore y Symonds", declaró el ex piloto Martin Brundle en una columna en el Sunday Times.
"Deben demostrar también que instalarán un nuevo director de equipo de probada integridad. Preveo una multa considerable para las arcas de la FIA y una penalización de puntos que dañará al equipo de cara al año que viene en cuanto a ingresos y posición en el 'pit lane'".
La FIA ha dicho que no tiene razones para sospechar de que Alonso sabía algo de un complot al parecer acordado por los dos jefes de equipo y Piquet.
El doble campeón del mundo no está fuera de peligro, sin embargo, y el diario italiano Gazzetta dello Sport informó de que se le ha enviado una citación para acudir a la audiencia.
Ni una portavoz del equipo Renault ni la FIA confirmaron quién estaría presente.
Alonso, que se espera que fiche por Ferrari el año próximo, ha dado ya pruebas a los investigadores que le interrogaron en el Gran Premio de Bélgica del año pasado.
Se espera que se haga justicia, pero la FIA tendrá una decisión difícil que tomar, particularmente a la luz de la multa récord de 100 millones de dólares que se le impuso a McLaren en 2007 por tener en su posesión documentos de Ferrari.
El accidente de Singapur, pese a ser a una velocidad relativamente baja, puso en peligro la seguridad de otros en un intento obvio de manipular el resultado de la carrera.
"El escándalo de espionaje de McLaren hace dos años fue extremadamente grave, pero los mecánicos siempre han discutido datos técnicos ente ellos", dijo la semana pasada el triple campeón del mundo Niki Lauda, ya retirado.
"Esto, sin embargo, es nuevo. El mayor daño hecho jamás. Ahora la FIA debe castigar a Renault con dureza para restaurar la credibilidad en el deporte".
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