Este artículo se publicó hace 12 años.
La ayuda a la banca española se somete el lunes al escrutinio de los mercados
Los mercados deben valorar mañana el préstamo concedido por los ministros de Finanzas de la zona del euro a España para sanear el sector financiero, un acuerdo que los expertos califican de muy positivo y que previsiblemente tendrá un efecto positivo en la bolsa y en el mercado de deuda soberana.
Los ministros de Finanzas de la zona del euro concedieron ayer a España un préstamo de hasta 100.000 millones de euros para recapitalizar el sector financiero español, que incluye un colchón de seguridad y procederá del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).
El "paraguas" de hasta 100.000 millones de euros que Europa ha puesto a disposición de España no constituye un rescate, recalca el estratega jefe de Citi en España, José Luis Martínez Campuzano, tal y como explicó el ministro de Economía, Luis de Guindos, al término de la reunión de los ministros europeos.
No es el Tesoro Público, aclara Campuzano, el que lo gestiona sino el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que directamente lo distribuye, con garantía del Estado, entre las entidades financieras, lo que contribuye a dar credibilidad al proceso.
De este modo, el Eurogrupo ha confirmado las previsiones del mercado, que a lo largo de la semana pasada daban por hecho que Europa alcanzaría un acuerdo sobre la banca española y lo celebraba con subidas en la bolsa y moderación en la prima de riesgo.
El viernes, el selectivo español cerró su mejor semana del año y logró su mayor subida desde comienzos de diciembre, más del 8 %, animado por las evidencias que indicaban que España solicitaría ayuda para su sector bancario y acabaría con semanas de rumores sobre las condiciones y el volumen de la operación.
El índice cerró el viernes una racha inédita de cinco sesiones consecutivas de ganancias, algo que no se veía desde la última semana de junio de 2011, recién alcanzado tanto el acuerdo entre Alemania y Francia para rescatar a Grecia como el beneplácito del parlamento heleno a las medidas que desbloqueaban la ayuda internacional.
Entonces, al igual que ahora, en las jornadas previas al rescate las grandes agencias de calificación castigaban al país que necesitaba ayuda -entonces fue Grecia, hoy es España-, con sucesivas y drásticas rebajas de su deuda soberana, que el mercado había descontado y que no afectaban a las bolsas.
A lo largo de los tres últimos días, las tres grandes agencias de medición de riesgos ya habían advertido de que la claudicación de España y su solicitud de ayuda podría tener efectos negativos tanto en la calificación de la deuda soberana española como en la del conjunto de la zona del euro.
Y, al igual que ha ocurrido en las tres últimas ocasiones en las que la deuda soberana española ha merecido el reproche de las agencias, la bolsa daba por digerido el mensaje y recuperaba terreno.
Un comportamiento similar al de la bolsa seguía la prima de riesgo de España, que en las semanas previas alcanzaba máximos históricos por encima de 540 puntos básicos y se reducía en cerca de 60 una vez que se hacía evidente que España y sus socios llegarían a un acuerdo.
Sin embargo, dado el primer y fundamental paso para la recapitalización de la banca española, la zona del euro se enfrenta a un reto mayor, y es la continuidad de la moneda única europea por la posible salida de Grecia.
La incertidumbre acerca del resultado de los comicios -en Grecia está prohibido publicar sondeos desde dos semanas antes de la cita electoral- impide tener una idea clara de los avances o retrocesos de las distintas opciones políticas.
Algunas de las favoritas, como la coalición Syriza, son abiertamente partidarias de romper los costosos compromisos del anterior Gobierno con la Unión Europea y emprender un camino en solitario, fuera del euro.
Y es este contexto negativo el que provocaría nuevas turbulencias tanto en la renta variable, la deuda soberana y el euro, según indica el presidente de Renta4Banco, Juan Carlos Ureta.
Ni siquiera el Banco Central Europeo (BCE), indica Ureta, podría frenar el contagio a otros países y sistemas bancarios.
Por primera y esperemos que por última vez, añade, se ensayaría la salida de la unión monetaria de uno de sus miembros.
Tal y como explica Martínez Campuzano, si en las elecciones del domingo 17 Grecia reafirma su compromiso con la zona del euro, el mecanismo puesto en marcha ayer, al que pueden acudir otros países, pues no se ha hecho ex profeso para España, permitiría que los mercados vuelvan a dar credibilidad a los ajustes hechos en España.
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