Este artículo se publicó hace 15 años.
El Ballet Clásico de Moscú exhibe su portentosa clase en una gira por España
Cuando Rusia era la URSS, el Gran Ballet Estatal Clásico de Moscú era, "simplemente", la compañía de las grandes estrellas y aunque la Perestroika significó el éxodo de los "baryshnikov", su clase y estilo siguen íntegros por voluntad de sus directores, que presumen de repertorio en una gira por España.
Con honestidad inusitada, Natalia Kasatkina y Vladimir Vasiliov, codirectores desde hace 32 años del Ballet Clásico de Moscú -que así se llama en su versión "corta"-, han explicado hoy en rueda de prensa por qué de los más de 20 títulos que tienen en repertorio han elegido para su visita a España "La Traviata", "El lago de los cisnes", "El Cascanueces" y "La Cenicienta".
"Creemos que es lo que más iba a llenar aunque, aún así, teníamos dudas sobre 'La Traviata'. Ha sido un riesgo pero nos ha salido bien", resume Kasatkina.
Los cerca de 100 bailarines que forman la compañía se han dividido "en dos" y una parte está de gira por Brasil y Estados Unidos y la otra por Europa, una turné con la que aterrizaron en España el 1 de diciembre para actuar en varias ciudades de Castilla-La Mancha, Castilla y León, Baleares y Madrid, donde hoy estrenan su programa "navideño".
"No somos una ONG y sabemos que con 'El Cascanueces' y 'La Cenicienta' llenaremos cada día", ha reconocido la representante de la formación en España, Tatiana Solvieva.
El Ballet Clásico de Moscú, la compañía moscovita más importante, tras el Bolshoi, interpretará en el Teatro Compac Gran Vía hasta el 4 de enero "El Cascanueces" y del 6 al 17 de enero "La Cenicienta", dos "reinterpretaciones" coreográficas de Kasatkina y Vasiliov sobre los originales de Petipa para la música de Tchaikovsky y de Prokofiev.
Kasatkina y Vasiliov, dos "mitos" del ballet ruso, formados en el Bolshoi, están "encantados" con el público español porque, dicen, son entusiastas, "como en Moscú", y les aclaman en pie al final de sus representaciones, aunque admiten que su gusto es aún "tradicional" y que con obras como "La creación del mundo", que trajeron en 2007, "sólo" hicieron "un 30% de taquilla".
Precisamente, Kasatkina y Vasiliov entraron con esa obra "directamente en las listas negras" del ministerio de Cultura soviético a finales de los 60 porque el demonio de la función "llevaba una bandera roja", una polémica que les vino "muy bien" porque el teatro se llenaba cada día.
El Ballet Clásico de Moscú, que atesora seis "óscar" de la danza y una veintena de medallas de oro, vivió su máximo esplendor en los 80, cuando las más grandes estrellas del ballet, de Nureyev a Baryshnikov pasando por Plisetskaya, formaban parte de su elenco.
"La Perestroika nos vino muy bien en libertad pero significó un éxodo de artistas y menos dinero" para la compañía, señala Vasiliov, que recuerda que tienen desde hace casi 30 años un terreno de una hectárea y media en el centro de Moscú para construir un centro internacional de ballet y que "no hay forma" de que el gobierno municipal de los permisos para levantarlo.
Hay una discusión entre el Gobierno de la nación y el municipal, aclara Vasiliov, sobre la construcción del que sería "uno de los teatros de ballet más grandes del mundo" y aunque el propio Putin ha dado un plazo de tres meses para que "se arregle" aún no lo ven "claro".
Los codirectores presumen de que siguen siendo una formación "respetada" en todo el mundo, y que sus profesores continúan formando estrellas, como Vladimir Malakhov, Irek Mukhamedov o Galina Stepanenko.
Su propósito es tener siempre "el máximo respeto" por las coreografías clásicas, aunque adaptan los aspectos que creen que pueden estar más obsoletos, aunque nunca, ríe Kasatkina, transformarían a los cisnes del célebre "lago" en "hombres".
"Queremos espectáculos comprensibles, que el público actual entienda lo que ve y que no se aburra en ningún momento", añade.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.