Este artículo se publicó hace 16 años.
Ban se siente "muy animado" por el acuerdo para el cese de las hostilidades en el Congo
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se siente "muy animado" por el acuerdo para el cese de las hostilidades firmado por el Gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) y grupos rebeldes de la región oriental del país.
La portavoz de la ONU, Marie Okabe, señaló que Ban lo considera "un paso importante en el camino hacia una paz duradera y la estabilidad en la región de los Grandes Lagos".
El secretario general -que se encuentra de viaje en Europa- felicitó al Gobierno de la RDC, dijo Okabe, así como a los organizadores y asistentes a la conferencia de Paz, Seguridad y Desarrollo de la que salió el acuerdo para hacer callar las armas en las provincias de Kivu Norte y Sur.
"Insta a todas las partes a actuar con rapidez y eficacia para poner en práctica los entendimientos alcanzados dentro del marco del acuerdo y al Gobierno a actuar con celeridad en la implementación de las recomendaciones de la Conferencia", apuntó la portavoz.
Agregó que el líder de la ONU reiteró el apoyo de la organización en los esfuerzos por "poner fin al largo sufrimiento de las poblaciones de los Kivus", y llamó a los países vecinos a colaborar en esta tarea.
Representantes del Congreso Nacional de la Defensa del Pueblo (CNDP), liderado por el ex general Laurent Nkunda, y del Gobierno del presidente congolés, Joseph Kabila, firmaron hoy el acuerdo.
El documento fue rubricado posteriormente por otros grupos rebeldes que asistieron a la conferencia iniciada el pasado 6 de enero en la ciudad de Goma, la capital de Kivu Norte.
Las conversaciones de paz fueron auspiciadas por las Naciones Unidas, la Unión Europea y Estados Unidos, cuyos representantes diplomáticos en la RDC estuvieron presentes en la firma del acuerdo de paz.
Tanto la ONU como varios países occidentales han estado presionando al gobierno de Kabila y a Nkunda para que firmen un acuerdo que permita la pacificación definitiva de la RDC, que seguía en "guerra" pese a que el último conflicto civil terminó oficialmente en 2003.
Nkunda, que pertenece a la etnia tutsi congoleña, conocida también como banyamulenge, se rebeló en 2004 contra las autoridades de Kinshasa tras acusar al ejército congolés de estar utilizando a las milicias hutus ruandesas "Interahamwe" para atacar las aldeas de su comunidad en la región.
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