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Banderazo de salida para el rescate de la banca

El Gobierno aprueba hoy un fondo que permitirá dedicar hasta 99.000 millones de eurosa la salvación de entidades en problemas. Con su nacimiento, se inicia el proceso de fusiones

VIRGINIA ZAFRA

Hace meses que ocurrió en Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Francia. Ahora le ha tocado el turno a España. Los bancos y cajas españoles consiguieron superar la primera fase de la crisis, pero la segunda oleada, la que ha afectado a la economía real, les ha hecho mucho daño. Por eso, algunos de ellos necesitan la ayuda del Estado para salir adelante, como antes sucedió en las grandes economías mundiales.

Tras meses de discusiones (ralentizadas por el cambio de ministros), el Gobierno aprobará hoy la creación de un fondo de rescate para las entidades financieras en problemas. Inicialmente, estará dotado con 9.000 millones de euros (6.750 millones procedentes de los presupuestos generales y, el resto, del Fondo de Garantía de Depósitos), aunque podrá endeudarse hasta alcanzar los 99.000 millones. En el Ejecutivo no creen, no obstante, que la reestructuración del sector vaya a requerir tanto dinero. Fuentes financieras calculan que las necesidades oscilan entre los 30.000 y 40.000 millones, aunque destacan que las ayudas públicas serán la mayoría préstamos y, por tanto, serán devueltos y no tendrán coste para los contribuyentes.

No es la primera ayuda que aprueba el Ejecutivo para el sector financiero desde que estalló la crisis. En octubre pasado, dio luz verde a la creación de un fondo para comprar hasta 50.000 millones en activos de bancos y cajas, y, pocas semanas después, autorizó la concesión de avales para las emisiones de deuda por un importe de hasta 100.000 millones. Esas medidas iban dirigidas a paliar los problemas de liquidez que estaban ahogando al sector ante el cierre de los mercados internacionales donde habitualmente se alimentaban.

Los problemas que ahora pretende paliar el Gobierno son de más calado porque intenta luchar contra la falta de solvencia, sobrevenida por la elevada morosidad crediticia que está sufriendo el sector. Sin la solvencia suficiente, no se puede operar con normalidad y no se pueden conceder créditos, que es lo que más notan los ciudadanos y lo que más daño hace a la economía en general.

Con el fondo, se busca que fluya más el crédito y, sobre todo, reestructurar profundamente el sistema financiero español para que desaparezcan las entidades débiles (mediante fusiones o absorciones) y queden sólo las más fuertes. Conseguir más financiación será una consecuencia a más largo plazo. Lo primero que se verá será el baile de fusiones que se va a iniciar en el sistema financiero, especialmente entre las cajas, lo que conllevará el cierre de cientos de oficinas y el recorte de miles de empleos.

El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, tiene especial interés en estas uniones, pues considera que hay demasiadas cajas (45) y muchas de ellas demasiado pequeñas para afrontar el difícil entorno que se les viene encima. Inicialmente, las reestructuraciones de cajas se producirán entre ellas, aunque la medida gubernamental también prevé la venta de sus activos a otras entidades. Ahí podría entrar por primera vez la compra de cajas (sus activos) por parte de bancos, aunque estos en boca de su patronal, la AEB han dicho que no lo harán salvo que se lo pidan.

Pese a que esta iniciativa lleva desde principios de año redactándose en el Ministerio de Economía, la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, seguía anoche discutiendo varios puntos de la normativa con representantes de los distintos grupos políticos. La posibilidad de que las cajas de diferentes regiones puedan fusionarse por indicación del Banco de España sin contar con la opinión de sus gobiernos regionales respectivos era el punto que más preocupaba a CIU. El PP reclamaba más control parlamentario y más transparencia de las actuaciones del fondo.

Mientras, UGT demandó que no se use este proceso para privatizar las cajas.

¿Qué es el FROB?
El Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria (FROB) es el instrumento con el que el Gobierno pretende inyectar dinero a las entidades con problemas para que puedan salir adelante. Procederá así a la reestructuración del sistema financiero. El resultado serán menos entidades, pero más fuertes.

¿Quién lo va a dirigir?
El Banco de España será el que diseñe y dirija toda la reordenación del mapa bancario español. Tendrá mayoría en los órganos del gobierno del FROB.

¿Con cuánto dinero contará?
Tendrá inicialmente 9.000 millones de euros (un 75% aportado por los contribuyentes y un 25% por el Fondo de Garantía de Depósitos, FGD). No obstante, podrá endeudarse hasta diez veces esta cuantía, con lo que, si fuera necesario, podría llegar hasta 99.000 millones.

¿Cómo ayudará a las entidades con problemas?
El Gobierno ha establecido tres fases de ayuda. La primera consistirá en fusiones voluntarias entre entidades. En este caso, los bancos o cajas implicados podrán pedir ayudas para pagar los costes de la unión. La segunda fase se producirá en aquellas entidades en las que existan dudas de su viabilidad. En esta ocasión, el FGD (que podrá recibir préstamos del FROB) les dará dinero a cambio de que refuercen su patrimonio, se fusionen o vendan total o parcialmente su negocio. Si persiste la situación de debilidad, el Banco de España intervendrá la entidad y la reestructurará mediante una fusión o la venta de la entidad.

¿Qué tipo de ayudas entregará?
Podrán ser ayudas a fondo perdido, concesión de garantías, préstamos en condiciones favorables o adquisición de activos dañados, entre otras.

¿Cómo controlará el Estado su inversión?
El FROB podrá comprar acciones de los bancos o cuotas participativas de las cajas (que ya tendrán derechos políticos) y participará así en la gestión de la entidad. El Banco de España exigirá que las entidades involucradas en una fusión informen cada seis meses sobre la evolución del proceso. Si no cumplen con el plan de reestructuración pactado para recibir las ayudas, podrán ser intervenidas.

¿Cuánto costará el rescate a los contribuyentes?
La mayor parte de las inyecciones de capital que se realizarán serán mediante préstamos que tendrán que ser devueltos antes de cinco años, con lo que, a medio plazo, el coste debería ser prácticamente nulo.

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