Este artículo se publicó hace 15 años.
Barroso, reelegido presidente de la Comisión Europea
El presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, fue elegido el miércoles para un segundo mandato de cinco años en una votación realizada en el Parlamento Europeo.
De los 736 eurodiputados de la Asamblea, 382 votaron a favor del líder de centroderecha de 53 años y 219 se opusieron. El resto se abstuvo o no participó en la votación celebrada en la sede francesa de Estrasburgo.
Durao Barroso, el único candidato, ya había sido respaldado por los 27 estados miembros de la Unión Europea y su reelección se daba por segura ya que sus aliados de centroderecha son el principal grupo del Parlamento.
Después de la votación dijo que sus prioridades serán la solidaridad, la libertad y una Europa más fuerte, y sus palabras fueron recibidas con un fuerte aplauso y una flor.
En su discurso del martes afirmó que espera sacar a Europa de la crisis económica y darle más poder en la escena mundial. Además indicó que espera crear nuevos puestos en la Comisión y dijo que hay que abordar urgentemente la cuestión de las primas excesivas en empresas financieras.
Al ex primer ministro portugués le bastaba la mayoría simple, pero esperaba conseguir un amplio margen para reforzar su legitimidad y ayudarle a presionar por reformas como el ajuste de la regulación financiera para evitar una repetición de la crisis económica.
Su próxima tarea será escoger a los comisarios, entre los que habrá un representante de cada uno de los Veintisiete, según las normas actuales.
"Si se quiere una Comisión fuerte, que a veces se enfrente a los estados miembros, que se enfrente a los egoísmos nacionales, deberíais darle a la Comisión el fuerte apoyo que necesita", dijo el martes Durao Barroso, que lleva en el cargo desde 2004.
"Creo que es un momento de la verdad para Europa (...) Si no actuamos juntos, Europa se arriesga a quedar marginada".
Los líderes de los grupos socialista, ecologista y liberal le criticaron a él y su programa en el debate del martes, pero dejaron claro que estaban resignados a que ganara la votación.
Sus partidarios dicen que Europa necesita a un líder de su estatura y experiencia para recuperarse de la crisis económica y que un fracaso a la hora de haber logrado un mandato fuerte habría socavado la posición de la UE. Además, un nuevo mandato representa la continuidad.
En cambio, sus oponentes aseguran que fue lento a la hora de enfrentarse a la crisis económica y que su programa no tiene ambición. Sostienen que no ha hecho lo suficiente en su primer mandato como para justificar su reelección, y que no se enfrentó a los estados más grandes.
Entre los grandes retos del nuevo mandato está el referéndum que se celebra en Irlanda el 2 de octubre sobre el Tratado de Lisboa. Los irlandeses rechazaron el año pasado el tratado de reforma de la UE, y otro "no" podría bloquear las reformas que pretenden agilizar el funcionamiento institucional de la Unión, hundiéndola en una crisis.
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