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Berlusconi dice que en Italia seguirán los crucifijos en las aulas

EFE

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, dijo hoy que la sentencia del Tribunal de Estrasburgo que dictaminó en contra de la exhibición obligatoria de crucifijos en las aulas, no impedirá que sigan los Cristos en las aulas de Italia porque es "una decisión no vinculante".

Del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo dijo: "Es sólo una comisión del Consejo Europeo en el que participamos más de 40 Estados, entre los cuales están Bielorrusia y otros que no son de la Unión Europea".

Para Berlusconi, la sentencia "es una decisión no vinculante, sin ninguna posibilidad de coerción en nuestro país que nos impida tener el crucifijo en las aulas", refirió en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.

Además de calificarla de "inaceptable", el presidente del Consejo se refirió a la presencia del símbolo católico en otros ámbitos supranacionales.

"Ocho países de Europa tiene la cruz en su bandera. Entonces, ?esto que significa?, se preguntó.

"?Que esas banderas deben ser cambiadas porque en esos países hay extranjeros han obtenido la ciudadanía?, se interpeló.

Berlusconi recordó que el recurso ya fue decidido en el Consejo de Ministros y se "llevará la cuestión a la Comisión Central de la UE, es decir, al Parlamento que decidirá si aceptarlo o no, aunque cualquiera que sea el resultado, no tendrá capacidad coercitiva".

Por tanto, -agregó- "no creo que haya ninguna necesidad de referéndum" sobre "una decisión absolutamente no respetuosa con la realidad".

"El que camina por cualquier ciudad de Italia no puede hacerlo 300 metros en cualquier dirección sin encontrarse un símbolo de nuestras raíces y tradiciones cristianas y pienso que también un ateo puro tranquilamente puede reconocer el hecho de que nuestra historia es ésta", subrayó.

Y abordó la batalla sobre las raíces cristianas en la Constitución europea "infructuosa, porque se opusieron países laicos y encima laicistas como la Francia de Chirac".

El fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos llega después de que Soile Lautsi, una madre italiana residente en Abano Terme (noreste), reclamara en 2002 al instituto público "Vittorino da Feltre" -al que acudían sus hijos- la retirada del crucifijo de las aulas por ser contrario al principio de laicismo en el que quería educarles.

Antes la demanda pasó por el Tribunal Constitucional italiano (dijo que no tenía jurisdicción sobre el asunto), por un tribunal administrativo italiano e, incluso, por el Consejo de Estado de Italia, que rechazó la demanda, lo que hizo que la cuestión llegara a Estrasburgo.

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