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Berlusconi niega haber recurrido a prostitutas

Su victoria en las elecciones le da una tregua tras los escándalos

SANDRA BUXADERAS

El espectro del enésimo proceso judicial contra Berlusconi, esta vez por inducción a la prostitución, se aleja. La Fiscalía de Bari, que investiga las fiestas del primer ministro italiano en las que presuntamente circulaban las prostitutas y la cocaína, se inclina a pensar que éste no sabía que algunas de sus invitadas hubieran sido pagadas. El cerco se estrecha, en cambio, en torno a un amigo suyo, el empresario Giampaolo Tarantini, de quien se sospecha que reclutó a decenas de mujeres para que acudieran a las fiestas.

La acompañante de lujo Patrizia d’Addario ha presentado a la Fiscalía varias filmaciones y grabaciones para probar que pasó una noche con el premier. Silvio Berlusconi cree que “alguien le ha pagado” para contarlo todo a la Fiscalía y a la prensa.

En una entrevista que hoy publica la revista de su propiedad, Chi, el dirigente afirma: “No he pagado nunca a una mujer. No he entendido nunca qué satisfacción puede haber si no existe el placer de la conquista”.

Mientras la Fiscalía dirime este asunto, la segunda vuelta de las elecciones provinciales y municipales parciales en Italia concedieron este martes a Berlusconi su primer día de pausa tras la tormenta que atraviesa por las filtraciones sobre sus costumbres sexuales.

La coalición de centroderecha ha conseguido arrebatar las provincias de Milán y Venecia a sus rivales del centroizquierda, y ha avanzado en seis provincias más, mientras que los progresistas han logrado salvar los muebles en la mayor parte de las grandes ciudades.

El avance de la derecha, sin embargo, no es un triunfo personal de Berlusconi, porque en Venecia ha ganado en realidad Francesca Zaccariotto, la candidata de su socio en el Gobierno, la Liga Norte, apoyada por el partido de Berlusconi. Y en la victoria de Milán, que ha sido por los pelos, ha sido decisivo el apoyo del partido centrista UDC de Pier Ferdinando Casini.

Además, el líder de la derecha había pronosticado durante la campaña electoral que conseguiría asaltar ciudades históricamente en manos del progresista Partido Demócrata, como Florencia o Boloña, pero no ha sido así, y eso que en Florencia, por ejemplo, presentó a un popular futbolista, Giovanni Galli.

A pesar de que el Partido Demócrata parecía a punto de descomponerse tras la dimisión hace unos meses de su fundador, Walter Veltroni, su sucesor, Dario Franceschini, ha aguantado el tipo y ha conservado también para el centroizquierda ciudades como Turín, Padua y Cosenza.

Incluso ha tenido la alegría de mantener el poder en Bari por goleada, gracias en parte a los escándalos de las prostitutas. En algunas de las victorias del centro y sur de Italia ha sido importante también tener el apoyo de UDC, que en estas latitudes prefirió apostar por el Partido Demócrata.

“Hace cuatro meses nos daban por muertos, expulsados de las grandes ciudades”, narra Franceschini, pero en cambio, ahora empieza “el declive de la derecha”. El líder del PD ya se encuentra con ánimos de presentarse a la reelección en el congreso de octubre, y ha prometido renovar los cargos directivos para incluir a caras nuevas.

Berlusconi, en cambio, replica: “¿Ha ganado el Partido Democráta? Entonces nosotros queremos perder siempre así”. En el centroderecha, sin embargo, empiezan a hacer autocrítica, especialmente respecto al fracasado referendo del fin de semana sobre la reforma de la ley electoral. Gianfranco Fini, del PdL, y Roberto Maroni, de la Liga, quieren cambiar la ley de referendos para elevar el número de firmas necesario para convocar una consulta y eliminar el umbral mínimo para que sea válida. 

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