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Bernardo Bonezzi culmina trilogía sobre las horas del día con "La hora de té"

Agencia EFE

El que fuera niño prodigio, líder de Los Zombies y precursor de la movida madrileña, Bernardo Bonezzi, regresa con un nuevo álbum de estudio en solitario, "La hora del té", un homenaje a la tarde con el que culmina su trilogía dedicada a las horas del día.

"La hora del té" es un homenaje al momento "de mayor paz, relax y más sociable del día", en el que el compositor madrileño incluye 10 nuevos temas -que llevan por nombre distintos tipos de té- en los que introduce "elementos, sonidos e instrumentos" de otras culturas, principalmente orientales, dando como resultado un disco que es "un viaje imaginario alrededor del mundo", según explica el artista a Efe.

En esta nueva etapa musical, dominada por las ansias "de expresar con música todo lo que quería decir", apenas quedan vestigios del Bonezzi que en los prolegómenos de los 80 fundara Los Zombies y popularizara la canción "Groenlandia", ahora considerada uno de los himnos de la movida madrileña.

Después de visitar los círculos más glam del Madrid de los 80 de la mano de algunos de sus iconos, como Fabio McNamara y Pedro Almodóvar -para los que compuso temas como "Gran ganga"-, Bonezzi dirigió su carrera hacia la composición de bandas sonoras para teatro, televisión y cine, en donde en estos 20 años ha alcanzado un gran reconocimiento profesional e incluso dos goyas por sus partituras para los filmes "Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto" y "Sin noticias de Dios".

Aunque abandonó su trabajo para el cine en 2001 porque solo le ofrecían "proyectos zafios y absurdos", el séptimo arte ha seguido inspirando a Bonezzi, que en los dos primeros álbumes de la trilogía, "La hora del lobo" (2004) y "La hora azul" (2006), se dejó influir por el cine de Bergman y Rohmer.

En "La hora del té" (Karonte) se aleja de las referencias cinematográficas para adentrarse en los sonidos tribales, lo que le ha llevado a "dar mayor importancia a la percusión" y a componer canciones en las que apunto estuvo de incluir voz, aunque al final decidió dejarlas sólo en instrumentales "para que la trilogía tuviera una mayor coherencia".

"Cuando comencé la trilogía sentía que todo lo que quería expresar sólo podía hacerlo con música, pero ahora me apetecía decirlo con palabras porque tengo muchas cosas que decir", reconoce el compositor, que adelantó que en su próximo proyecto incluirá todas esas palabras que ahora ha dejado escritas en un papel.

Bernardo Bonezzi no descarta volver al cine, si le ofrecen "un proyecto para una película que sea interesante y que no solo tenga el fin de ser taquillera", algo mal visto por este miembro de la Academia Europea de Cine, que se dice "gran amante del séptimo arte".

Reconoce que en estos 30 años ha perdido juventud y ganado algunos kilos, aunque toda su obra tiene en común "la constancia de ir haciendo cosas innovadoras y distintas de lo que hacen el resto de músicos del panorama nacional".

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