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Bill Clinton reabre el diálogo con Corea del Norte

Se trata de la primera misión diplomática del ex presidente con la Administración Obama

ANDREA RODÉS

El viaje sorpresa de Bill Clinton a Corea del Norte logró ayer la liberación de las dos periodistas norteamericanas condenadas a 12 años de cárcel y trabajos forzados por cruzar la frontera desde China. Aunque oficialmente se trata de una 'visita privada', ha sido interpretado como la primera misión diplomática del ex presidente de EEUU en nombre de la Administración Obama. Se espera que ayude a rebajar la tensión entre ambos países y devuelva a Corea del Norte a la mesa de negociaciones, aunque los escépticos advierten que podría tener el efecto contrario.

Clinton llega al país asiático tres meses después de que Pyongyang llevase a cabo pruebas balísticas y un segundo test nuclear, violando las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Desde entonces, EEUU ha presionado a la ONU para imponer nuevas sanciones al régimen comunista y bloquear el acceso de las empresas norcoreanas a la financiación internacional.

En respuesta, Pyongyang se ha retirado de las llamadas 'conversaciones a seis bandas' para su desnuclearización, en las que participan China, EEUU, Rusia, Japón y Corea del Sur.

Clinton fue recibido en el aeropuerto por altos funcionarios comunistas, incluido el responsable de las negociaciones sobre armamento nuclear, Kim Kye Gwanm. Su presencia insinúa que Corea del Norte ha utilizado la detención de las dos reporteras de televisión, Laura Ling y Euna Lee, como un instrumento político para presionar a EEUU en las negociaciones para su desarme.

Ambas obtuvieron el perdón del líder norcoreano, Kim Yong-il, después de que Clinton le expresase 'su más sincera disculpa por los actos hostiles cometidos por las comunicadoras contra Corea del Norte después de haber entrado al país ilegalmente'.

Los medios nacionales anunciaron que el ex presidente estadounidense transmitió un mensaje de Barack Obama a Yong-il durante la cena, pero el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, lo desmintió.

Sin embargo, el ex presidente de EEUU viajó acompañado de John Podesta, asesor de la Casa Blanca y ex jefe de Gabinete con Clinton.

Además, en Seúl dudan de Washington. 'Si viniese sólo a hablar de las dos periodistas, Corea del Norte no le hubiese aceptado', dijo ayer el director ejecutivo del Centro para la Paz coreanoamericana, Kim Myong-chol. 'Clinton ya logró un acuerdo previo con Corea del Norte antes. Es efectivo', insiste.

Myong-chol se refiere al acuerdo cerrado tras la visita del ex presidente Jimmy Carter en 1994, durante la presidencia de Clinton. Tras ese encuentro, Pyongyang accedió a detener su programa nuclear, aunque lo reactivó más tarde.

La visita de más alto nivel estadounidense a Corea del Norte también ocurrió durante su presidencia: en el año 2000 la entonces secretaria de Estado Madeleine Albright visitó Pyongyang.

Tras ocho años al frente de EEUU, Clinton fundó la organización filantrópica William J. Clinton, que financia campañas contra el sida, el cambio climático o a favor de la igualdad de oportunidades. Su máxima labor diplomática desde que George Bush le relevó en el cargo fue supervisar la reconstrucción de las regiones dañadas por el tsunami del Índico como embajador especial de Naciones Unidas.

Desde el nombramiento de Hillary Clinton como secretaria de Estado de la Administración Obama, su marido había mantenido un perfil bajo, implicándose sólo en asuntos internos, como la reforma sanitaria.

La Administración Obama mantiene un discurso duro contra Corea del Norte, asegurando que no hará ningún tipo de concesiones ni ofrecerá ayudas humanitarias hasta que el régimen no garantice su total desnuclearización y abandone las provocaciones militares.

Corea del Norte quiere entablar un diálogo directo con Estados Unidos, país con el que no tiene relaciones diplomáticas. Pero la Casa Blanca insiste en un diálogo multilateral que involucre a China, principal aliado político y comercial de Pyongyang. Según EEUU, Pekín es clave a la hora de presionar a Corea del Norte y lograr que se apliquen las sanciones económicas contra el régimen. Pero China teme que la desestabilización del país vecino, uno de los más pobres del mundo, provoque una avalancha de refugiados norcoreanos en el interior de sus fronteras.

Aunque algunos analistas confían en que la delegación estadounidense obtenga buenos resultados, otros creen que será contraproducente. 'Es lo que [los líderes norcoreanos] necesitan... envía un mensaje erróneo', declara a Reuters B. R. Meyers, experto en ideología norcoreana de la Universidad Dongseo de Seúl. Según Meyers, la cúpula comunista venderá la visita como un ejemplo de que el programa nuclear ayuda a que Corea del Norte sea tomada más en serio.

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