Este artículo se publicó hace 16 años.
Bolivia afronta con esperanza el diálogo respaldado por la comunidad internacional
El presidente Evo Morales y la oposición en Bolivia comenzaron hoy un esperanzador diálogo político, respaldado por la comunidad internacional, sobre la crisis que puso al país "al borde del precipicio" en las últimas semanas.
Morales y los prefectos (gobernadores) opositores autonomistas comenzaron su reunión en un centro de convenciones de la ciudad central de Cochabamba, en presencia de numerosos observadores y garantes de instituciones internacionales y locales.
El diálogo se inició sobre las 08.00 hora local (12.00 GMT) con una "muy buena voluntad" para resolver el conflicto en una reunión a puertas cerradas de la que, según el Gobierno, las partes no saldrán hasta alcanzar acuerdos.
Los temas centrales son la nueva constitución política del Estado que impulsa Morales, los estatutos autonomistas de las regiones de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija y el reparto de la renta petrolera entre el Estado y los departamentos del país.
El portavoz de Morales, Iván Canelas, ilustró hoy la crítica situación que llevó al gobernante indígena y sus opositores a sentarse en una misma mesa para negociar con la frase el país estaba al "borde del precipicio".
Se trata de la tercera vez en este año que Morales y sus opositores abren conversaciones para intentar la concertación, aunque ahora bajo el impulso de la última cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), que se reunió esta semana en Santiago de Chile para analizar la crisis boliviana.
Además de UNASUR, el diálogo boliviano tiene como observadores o garantes a delegados de la Organización de Estados Americanos (OEA), de Naciones Unidas, de la Unión Europea, de varios países amigos de la región y de las iglesias Católica, Evangélica y Metodista.
El conflicto boliviano se desbocó de nuevo la semana pasada con la matanza de quince personas durante un choque de seguidores y opositores de Morales en la región amazónica de Pando, que vive hoy por sexto día bajo el estado de sitio.
Fue el peor momento de la ola de violencia y protestas que comenzó hace casi un mes en los departamentos de Santa Cruz, Pando, Beni y Tarija, cuyos dirigentes reclaman un régimen autonómico y rechazan frontalmente las reformas políticas y económicas de Evo Morales.
"En Bolivia, a veces, nosotros decimos que estamos acostumbrados a los conflictos y a llegar al borde del precipicio para comenzar a dialogar. Creo que es lo que está ocurriendo", comentó Canelas.
El funcionario destacó que "cuando todo casi está perdido, nace la esperanza" y es posible mantener la fe en que las soluciones al conflicto "van a registrarse en el menor tiempo posible".
En las primeras horas del encuentro, Morales y sus opositores hicieron una exposición de sus posturas y debatieron sobre cómo se trabajará en adelante, sin entrar a debatir los temas de fondo de momento.
Los más probable es que se formen tres comisiones de trabajo, según adelantaron fuentes oficiales.
Una comisión revisará los temas institucionales y estaría a cargo del ministro de Defensa Legal de las Recuperaciones Estatales, Héctor Arce; otra de asuntos constitucionales y autonomías bajo la dirección del ministro de Agricultura, Carlos Romero, y otra sobre temas económicas con el titular de Hacienda, Luis Arce, al frente.
Pasado el medio día, Morales abandonó la reunión por unas horas para asistir a la firma de un convenio en materia de hidrocarburos en La Paz, y se reincorporó luego a las sesiones en Cochabamba.
El incidente de la jornada lo provocó la detención de un joven que logró ingresar con petardos a las jardines de la sede de las reuniones para pedir que se abra un juicio contra el prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, que está detenido, y exigir que los movimientos sociales sean parte de las conversaciones.
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