Este artículo se publicó hace 13 años.
Borges y Bioy Casares legaron a América Latina la pasión por el microrrelato
El gusto por los microrrelatos en Latinoamérica entronca con una gran tradición por los cuentos de varios autores entre quienes destacan los argentinos Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges, declaró hoy a Efe la escritora argentina Ana María Shua.
"En América Latina hay una tradición que no hubo en España (por la microficción). Nuestros más grandes cuentistas fueron también "cultores del microrrelato", dijo Shua (Buenos Aires, 1951), quien esta semana ha participado en la XXV edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).
La escritora sostuvo que Borges (1899-1986) y Bioy Casares (1914-1999) "fueron los que publicaron la primera antología del microrrelato, los 'Cuentos breves y extraordinarios' en el año 1953", pero casi a la vez lo hicieron otros.
"Simultáneamente estaban trabajando en México (Juan José) Arreola (1918-2001) y Augusto Monterroso (1921-2003). Al marcar el camino esos tan grandes autores iniciaron una tradición", aseguró Shua.
Su primer libro de micorrelatos lo lanzó en 1994, "La Sueñera", y entonces "era todavía una rareza" que "resultaba poco atractiva para las editoriales en el exterior".
Sin embargo estas historias se han popularizado y ahora los de Shua han llegado ya a España, Colombia y ahora por vez primera a México.
En el país norteamericano ha lanzado estos días una recopilación de microficciones titulada Casa de Geishas (Hormiga Iracunda, 2011), que fue editada en versión original en 1992.
Shua señaló que hay muchos tipos de microficciones pero los que a ella más le interesan deben tener "un tono, un ritmo, quizás una melodía".
"Para mí es importante que sean narrativo, tiene que contar su pequeñísima historia pero además sí me importa mucho el sonido, la música de las palabras", apuntó.
"La perfección del lenguaje es más exigente en el microrrelato porque en esa brevedad cada palabra debe tener un cierto peso específico, debe ser la que va en ese lugar. Tienen que llegar a un grado absoluto de perfección", dijo la autora argentina.
Considera que "lo más fácil en el microrrelato es hacer reír, y el humor en términos generales, y lo más difícil, provocar emociones en cinco o diez líneas, o veinte".
Finalmente sostuvo que posiblemente este género es el que le da más gusto cultivar pero confiesa que carece de una fórmula para escribir microrrelatos.
"Para evitar repetir una y otra vez el mismo sonido, lo que tengo que hacer es, cuando termino un libro, dejar pasar varios años entre uno y otro para que haya algún cambio en mí. De esa manera poder escribir algo distinto", agregó.
Aparte de las microficciones Shua ha publicado cinco novelas, varios libros de cuentos, algunos infantiles.
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